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Motociclismo La lluvia arruina el estreno del Campeonato del Mundo de Velocidad

Lost in Qatar, la tormenta que pudo con las motos

Efrén Vázquez no pudo llegar a los puntos en 125, una carrera que la lluvia limitó a sólo cuatro vueltas.

GARA | LOSAIL

El que avisa no es traidor. Así hablaba Efrén Vázquez en la entrevista publicada ayer por GARA sobre los peligros de correr de noche: «La iluminación de la pista es más que suficiente como para evitar riesgos añadidos a los pilotos. Otra cosa sería que lloviera. En ese caso quizás ni se pudiera celebrar la carrera. Los reflejos que se producirían serían extremadamente peligrosos. Por algo esta experiencia se realiza en pleno desierto».

Qatar no es un país famoso por su pluviosidad. De hecho, no se calculan más de 10 días de lluvia en este país con más tormentas de arena que aguaceros.

Pero no. Tal y como el ex Monty Python Terry Gilliam muestra en su documental Lost in La Mancha, en el que su fallido rodaje del Quijote se fue al garete tras mil y una calamidades, entre ellas unas inesperadas tormentas en las Bardenas reales.

Las motos de MotoGP, después de guardar silencio por las víctimas del terremoto en Italia se disponían a arrancar cuando unas gotas de lluvia, que devinieron en un tremendo chaparrón, lo impidieron. Ni la noche, ni el desierto ni la competición. Fue la lluvia la que pudo doblegar a los motoristas más arriesgados del circo en una jornada que pasará a la historia.

La carrera más corta de la historia

Pero es que antes de la carrera de MotoGP, la prueba qatarí ya tuvo mucho de «historia para no dormir». La prueba de 125 centímetros cúbicos sólo duró cuatro giros, los suficientes para que el diluvio universal cayera sobre el circuito de Losail, certificando la carrera más corta de la historia del motociclismo.

De esta guisa, y sin comerlo ni beberlo, el italiano de Aprilia Andrea Iannone se llevaba la primera carrera de la temporada, seguido de Julián Simón y Sandro Cortese. No obstante, la organización decidía dividir la cantidad de puntos, ya que los pilotos no pudieron completar las dos terceras partes de la carrera. Lo más espectacular de la prueba, por otro lado, no fue otra cosa sino la caída del catalán Marc Martínez, sin consecuencias, por fortuna.

Por su parte, el bilbaino de Derbi Efrén Vázquez se encontraba sin tiempo material para remontar, y se quedaba sin puntuar al finalizar en decimoséptimo lugar. El piloto de Errekalde se mostraba frustrado. «A toro pasado puede parecer fácil hablar, pero estoy convencido de que si hubiéramos vuelto a salir podría haber terminado muy cerca de los puestos de honor».

Después de la carrera del octavo de litro, Valentino Rossi y Loris Capirossi, en representación de los pilotos de MotoGP, dieron una vuelta de reconocimiento con el coche de seguridad para valorar el futuro de la prueba, afirmando tajantemente que con la pista mojada no podría haber carrera. En aquel momento, la pista se estaba secando y la prueba de 250 se pudo disputar sin problemas, pero limitando la prueba de 20 a 13 vueltas.

En lo que a la carrera del cuarto de litro se refiere, la Aprilia de Héctor Barberá -que lograba su primera victoria desde 2006 y un grave accidente el año pasado que le afectó varias vértebras- fue la más rápida, aprovechándose de la ausencia por lesión de Simoncelli, vigente campeón de la categoría.

No obstante, la carrera distó de ser ortodoxa, ya que la pista no estaba totalmente seca, por lo que no todos los pilotos se adaptaron al trazado qatarí. Así, un piloto «del montón» como el galo Jules Cluzel lograba subirse al segundo cajón del podio. El debutante Mike di Meglio, por su parte, rememoró sus finales de 125 colándose tercero.

La fiesta parecía a punto, pero se aguó la misma cuando las motos iban a arrancar. Bueno, ya arrancarán en Japón.

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