Tangos asabinados
«Naranjo en flor»
M. I. | DONOSTIA
El gasteiztarra Antonio González-Vigil debuta en el largometraje con el regusto amargo de haber tenido que emigrar a Argentina, porque aquí nadie apoyaba su proyecto. El Gobierno de Lakua le negó la subvención hasta en cuatro ocasiones, no así el Instituto de Cine Argentino. El guión transcurría originalmente en Euskal Herria, tomando como base una novela negra de Manolo Merinero, de la que ya poco queda con tanto cambio, al tener que adaptar los personajes y las situaciones a la cultura porteña. Para el rol principal de El Sabina, llamado así por ser un policía que utiliza letras del cantautor en sus respuestas, el primer elegido fue Karra Elejalde, sustituido después por el conocido actor argentino Eduardo Blanco. La personalidad de la protagonista femenina también ha pasado de ser una dobladora de películas al euskara a ejercer de psicóloga enamorada del tango. Esta mujer mató accidentalmente a un desconocido, que luego resultará ser un policía. Al conocer al compañero de aquel, encargado de investigar el caso, iniciará con él una peligrosa relación.