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Chechenia sigue ocupada y masacrada

El Gobierno ruso dio ayer por terminado el régimen de excepción que durante diez años ha impuesto en Chechenia y que convertía aquel territorio en «zona de operación antiterrorista». Al igual que en otros puntos del planeta, ésa o similar denominación es sinónimo de vulneración de derechos humanos. No obstante, detrás de esa decisión es posible que haya otros motivos más creíbles que la oportunidad de «normalizar» aquel territorio.

Con la complicidad de la habitual hipocresía de la comunidad internacional, que fue incapaz de levantar siquiera la voz ante el genocidio perpetrado en Chehenia en los últimos años del siglo pasado y primeros de éste, el Gobierno de Moscú anuncia que Chechenia no es ya el centro de operaciones «antiterroristas» en que la convirtió. Ahora el objetivo, según el presidente del Comité Nacional Antiterrorista, Alexander Bórtnikov, es la normalización de la situación, siguiendo esa lógica imperial según la cual las naciones sin estado no son capaces de normalizarse a sí mismas, sino que ha de ser la metrópoli quien planifique esa normalización en los planos político, económico o cultural.

Tras diez años aplicando una política de tierra quemada, habiendo exterminado a quien se le oponía con o sin armas, el Gobierno ruso parece vislumbrar un periodo en el que puede confiar el control del territorio al Gobierno títere local. Sin embargo, no resulta creíble que éste vaya a ser el comienzo de una verdadera normalización y el final de las aspiraciones de una nación cuya historia está fuertemente marcada por su lucha contra los invasores. En cualquier caso, el mayor problema del Kremlin y motivo de la decisión anunciada ayer no parece ser Chechenia, sino otras repúblicas, además del enorme coste económico que conllevaba mantener la situación de excepción.

No ha terminado la ocupación de Chechenia, sino la situación de excepcionalidad basada en la represión pura y dura, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que los derechos, ni individuales ni colectivos, de los chechenos vayan a ser respetados.

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