El equipo dedica una gris victoria a su leal afición
BILBAO BASKET 91
CB MURCIA 84
Arnaitz GORRITI | BILBO
Desde luego que la afición de Iurbentia Bilbao Basket merecía que su equipo le dedicara este triunfo. La leal hinchada -y, a distancia, la de un necesitado Bruesa GBC- demostró ayer otra vez que su capacidad de entusiasmo está a prueba de bomba.
Porque el partido de ayer, que se inició con dedicatoria expresa a los cinco mil espectadores que se arrimaron a La Casilla, fue como para pedir el dinero a la salida. Al menos en la primera mitad. Fue el público, y no el juego, lo que hizo levantarse a los hombres de Vidorreta.
En realidad, sólo hubo pinceladas de calidad, un leve muestrario de buenas jugadas -Guardia, un recuperado de urgencia Markota y pinceladas de Blums y Lewis- y muchos errores.
Tras un alocado 28-27 del primer cuarto, los equipos entraron en una fase de desacierto que llevó al descanso con 41-40 tras un palmeo providencial de Guardia. La afición aún tendría que pasarlo muy mal.
A partir del tercer cuarto, los hombres de Manuel Husseín se acordaron de lo mal que están en liga y, de la mano de Slanina y Barnes, asumieron el mando en el marcador, logrando una máxima de siete tantos tras un triple de de Robles: 57-64.
Pitos y más pitos
Pero había llegado la hora de La Casilla. Jugadores como Lewis, Blums y Banic demostraron el respeto que el buen fan merece y de su mano, Bilbao Basket tomó la iniciativa.
Pero Murcia se resistía a base de tiros libres, fruto del concierto de pito que protagonizó el trío arbitral y que tan bien aprovechó Thomas.
Con 83-82 en el marcador, Salgado anotó sus tiros libres y Thomas cometió pasos. Los posteriores puntos de Banic y Salgado certificaron el gris triunfo.