«Yo mando y me encanta mandar», reconocía Arantza Quiroga en relación a su vida familiar en una reciente entrevista; y de ello ha dejado constancia en sus primeros pasos al frente del Parlamento. El pasado miércoles se empeñó en convocar para el jueves 23 el pleno sobre las incompatibilidades de parlamentarios y parlamentarias cuando todavía ni se había reunido la comisión pertinente ni se sabía si para esa fecha estaría lista toda la documentación necesaria. Esta primera decisión ya está causando problemas reglamentarios. El objetivo de esta prisa es acelerar la investidura de Patxi López como lehendakari.

La Comisión de Incompatibilidades, que preside el jeltzale José María González Zorrilla, ha sido finalmente convocada para el martes, 21, a las diez de la mañana. Incluso aunque todo fuera muy rápido y se aprobara el dictamen de inmediato, éste debe pasar por la reunión de la Mesa de la Cámara, que se celebra esa misma mañana, y la documentación debe ser después distribuida a todos los parlamentarios y parlamentarias.

El reglamento -recién reformado al final de la pasada legislatura- establece que, salvo que exista un acuerdo unánime sobre la urgencia de un punto, «ningún asunto podrá ser tratado en comisión o en pleno sin que se haya repartido al menos con 48 horas de antelación el informe, dictamen o documentación relativa al mismo». Por lo tanto, resulta reglamentariamente casi imposible que el pleno pueda celebrarse el jueves 23 a las diez de la mañana, como ha dictado la presidenta.

Pero es que, además, al menos desde 1990 nunca se ha aprobado el dictamen en una primera reunión de la Comisión de Incompatibilidades. Siempre ha sido necesario convocar un nuevo encuentro unos días después para completar la documentación que siempre falta en alguno de los casos.

Con estos antecedentes, será necesario que la mayoría de PSE y PP en la Mesa haga juegos de prestidigitación para que pueda haber pleno de incompatibilidades la semana que viene.