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«Ha sido una de las temporadas más intensas de mi vida»

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Simón Elías

Pirineista

Esta pasada temporada invernal, los Pirineos se han visto sacudidos de una muy importante actividad tanto en aperturas como en repeticiones de líneas de alta dificultad. De entre los protagonistas de estas realizaciones cabe destacar la impronta de Simón Elías, quien, junto a su hermano Martín, ha sellado una lista de gran calidad en montañas como Peña Telera, Peña Forato, Midi d´Ossau o Pala de Ip.

Andoni ARABAOLAZA |

Los hermanos riojanos Martín y Simón Elías se han dado un buen baño invernal. De eso no cabe duda. GARA ha analizado con el mayor de los hermanos, Simón, esta pasada gran temporada invernal con muy importantes aperturas y repeticiones de alto nivel.

Esta temporada le he escuchado más de una vez que el pirineísmo está vivo, ¿en qué se basa?

El deporte evoluciona y no está estancado en retos de otros tiempos. Cada temporada es diferente y las dificultades aumentan. Lo que un año era una de las vías más difíciles, dos temporadas más tarde se ha convertido en una clásica de dificultad como ha pasado con la «Vía del Pastor» u otras escaladas. Esto demuestra que el pirineísmo está vivo, que evoluciona, y es gracias a los deportistas que mueven la rueda del deporte de alto rendimiento.

La verdad es que ha habido movimiento, pero, con alguna que otra

excepción, veo que es casi el mismo grupo de siempre: los Remis, Mikel Zabalza, Unai Mendia, Mikel Saez de Urabain, Kepa Escribano, los hermanos Martín y Simón Elías y poco más.

Da igual quién mueva la rueda, lo importante es que se mueve. Y no nos olvidemos de gente como Manuel Córdova y los chicos del Equipo Español de Alpinismo, Albert Salvadó, Josep María Esquirol, que ha firmado la primera en solitario a los tres muros de Gavarnie, Óscar Sáenz, David Castillo, Eduardo González... O Alberto Iñurrategi, que también ha hecho los tres muros, Unai Mendia, que ha firmado alguna buena ruta con Zabalza y que encadenó la «Ruta de Shakelton». Ha habido un montón de deportistas que han hecho buena temporada.

Sí ha habido aperturas de consideración, ¿qué lectura hace de las que más le han llamado la atención?

Creo que la vía más impresionante que se ha abierto este invierno es la «Ruta de Shakelton» en Izas. Difícil, comprometida y en libre, una imagen de lo que será el alpinismo del futuro.

Parece ser que otro grupo de pirineístas ha apostado por repeticiones de vías de dificultad («Frenesí», «A las estrellas», «Vía del Pastor»...). ¿A qué se debe, a que la gente anda con ganas o a que se han dado condiciones muy buenas?

Primero es importante que haya condiciones pero luego hay que buscarlas. Tampoco ha sido un invierno «regalado» en el que se podía escalar en cualquier sitio. La gente ha estado muy motivada y se han buscado las condiciones en todas las montañas. Los teléfonos móviles estaban calientes en la búsqueda del hielo. Es de agradecer que seamos amigos y formemos una gran cuadrilla desde los diferentes puntos de España.

Aparte de los pirineístas más conocidos o mediáticos, también ha habido algunos desconocidos que han realizado repeticiones de vías de dificultad. Parece que la gente anda fuerte. ¿Eso también es síntoma de esa revitalización del pirineísmo?

Por supuesto. Rutas que antes eran de una gran dificultad hoy se repiten cinco o seis veces durante una temporada. El nivel sube y viene gente muy fuerte que pronto nos va a dejar en la cuneta.

Con un poco de imaginación y ganas está claro que los especialistas como vosotros podéis hacer todavía muchas cosas en el Pirineo. ¿Por dónde puede ir esa evolución? ¿Intuye algunos cambios a corto plazo?

El camino va por la búsqueda de itinerarios de dificultad en los que la escalada libre es una obligación. Como pasó en la escalada de pared ahora se van a encontrar los grandes itinerarios de libre difícil del alpinismo. En esto hay mucho que evolucionar ya que todavía estamos en los grados más bajos.

¿Piensa que esa evolución quizás vaya de la mano de un estilo de vías de corte más deportivo? Y lo digo porque la dificultad va por ese camino.

No tiene porqué. Habrá vías de corte deportivo. Habrá vías de montaña de gran recorrido, gran dificultad y alto compromiso. Hay cabida para todo y, además, la convivencia de lo deportivo y lo tradicional es lo que está trayendo la nueva tendencia del alpinismo. Hoy en día esa diferenciación no existe, va todo unido, hay espacio suficiente para las diferentes tendencias y juntas crean una sinergia que construye el deporte de montaña del futuro.

Quizás nos tengamos que olvidar más del puro hielo por motivos obvios y pensar más en líneas de mixto, ¿no?

Sí, pero es un problema de cantidad y de dificultad. Las líneas de hielo puro ya se han escalado casi todas. Ahora hay que buscar líneas de mixto, que todavía quedan muchas y son más difíciles, más acordes a los nuevos tiempos en definitiva.

Entre los pirineístas de esta temporada (el año pasado también) quizás el que más me ha llamado la atención ha sido su hermano Martín, tanto por las aperturas como por la forma-estilo en las que ha hecho las repeticiones (a vista, encadenando...). ¿Cree que va a ser uno de los pilares de los próximos años? ¿Y quizás también sus chavales del EEA (Equipo Español de Alpinismo) como Manu Córdova?

Sin duda. Tanto Manu Córdova como Martín Elías ya están revolucionando el deporte. Esta temporada he hecho muchas vías pero ellos han hecho tantas como yo, pero además las han encadenado todas en libre. Son el futuro y el presente de la más pura vanguardia deportiva.

Eso de la vertiente sur del Pirineo, de los representantes y de la aportación de los de la vertiente norte, ¿qué análisis hace?

Para mí no hay ninguna diferencia. Me muevo con igual soltura en uno u otro lado y la gente es muy similar. Mi hermano vive en Pau y escalamos habitualmente con franceses tanto como con españoles. Es de agradecer que el Pirineo sea un punto de unión, no una frontera.

Uno de los aspectos que más me preocupa como informador de las actividades que se hacen en la cordillera es que cuesta conocer lo que se hace. Parece que la globalización de la información nos tiene atrapados, ya que se sabe más de lo de fuera que de lo de casa. ¿Cómo lo ve?

Creo que eso era un problema de antes y que ahora se puede hacer una idea bastante exacta de las actividades en el Pirineo gracias a las páginas web.

Internet también está revolucionando la montaña y está ayudando a construir un deporte en el que cada temporada puedes medir quién está entre los mejores por sus realizaciones. Casi todo el mundo deja constancia de sus ascensiones en Internet. Esto ayuda a la comunicación y al deporte.

Hay que seguir escalando y contándolo. Así quedará registrado que en los Pirineos también se hacen actividades de alto rendimiento deportivo, no sólo en los Alpes o en el Himalaya.

Sobre su prolífica temporada en el Pirineo, en casi todas las actividades ha estado con su hermano Martín. ¿A qué se debe?

Es muy simple, somos hermanos, nos llevamos muy bien, nos reímos mucho juntos y tenemos una visión similar de las actividades que nos gusta hacer. Si puedo escalar con Martín no le cambio por nadie.

¿Cuál es la lectura que hace de su temporada?

Una de las temporadas más intensas de mi vida que casi me deja al borde de la esquizofrenia. Es difícil aunar deporte, trabajo y vida personal.

¿Qué actividades destacaría?

Destacaría la «Vía de Shakelton» (valle de Izas) por lo que he comentado antes, porque es un trocito del futuro. Y también destacaría la invernal a la «Picazo» de Peña Forato porque es esa misma mentalidad pero traspasada a una pared de 700 metros y es posiblemente la ruta más larga y difícil que haya hecho este invierno. Cuando ves la línea desde la base se presenta muy elegante. Ha sido un lujo poder hacer esta escalada con Martín, mucha gente la tenía en el punto de mira. En definitiva, ha sido una tempordada que merece enmarcarla.

 
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