VIII Congreso de Unión del Pueblo Navarro
De Burgos a Iruñea, de profesora a política, y de derecha-derecha
R.S.
Yolanda Barcina era una anónima catedrática de Nutrición cuando Sanz la conoció. Según acaba de decir, al día siguiente decidió llevarla a su primer gobierno. Allí ejercía también como anónima consejera de Medio Ambiente hasta que comenzó a acaparar, de la mano de la osa Camille, las viñetas del principal diario navarro. Dos carambolas, por tanto, la pusieron en el escalafón político, en el que no entró por vocación pero en el que ha ascendido como la espuma.
Puesta a hacer méritos en su nuevo hábitat, Barcina se dio prisa. Ha ejercido la política de UPN con mano de hierro desde el Ayuntamiento de Iruñea. El conflicto de la Plaza del Castillo marcó un estilo de gobernar enfrentado al rico movimiento popular de la ciudad. Luego llegó la represión a los olentzeros, de las fiestas de los barrios o del gaztetxe, el intento de hacer desaparecer la estela de Germán Rodríguez o la negativa a eliminar los símbolos franquistas. Sin complejos.
Con ello, Barcina no ha conseguido disipar todos los recelos de las bases, pero sí se ha ganado el reconocimiento de la dirección de UPN, que la tiene por símbolo de contundencia. Hoy ya no se sabe si es de Burgos o de Iruñea, si catedrática o política. Lo que sí está claro es que es muy de derechas en una etapa en que UPN afirma querer centrarse.
De los tres cargos unipersonales, la presidenta fue la más votada. A Alberto Catalán, nuevo vicepresidente, le apoyó el 87%. A Carlos García Adanero, secretario general, únicamente el 79%.
359
registró UPN durante el ejercicio 2008, en el que se produjo la ruptura con el PP. Alberto Catalán destacó que fueron muchos más que en 2007 (142). No se aportó el total de afiliados ni las bajas.
863
Amelia Salanueva fue la más apoyada para la Ejecutiva (863 votos). Le siguen en simpatías, por este orden, Carlos Salvador, Begoña Sanzberro, Eradio Ezpeleta y Juan Luis Sánchez de Muniain.
gastó el partido en el pasado año, según los datos ofrecidos ayer, lo que se tradujo en un superávit de 168.270 euros. «Hemos sabido administrarnos, no hemos hecho dispendios», dijo Catalán.