Raimundo Fitero
Multipantalla
Lo del fútbol en este final de Liga empieza a ser un fenómeno que escapa a las guerras comerciales y entra dentro de la patología empresarial. La Sexta utiliza todos sus conexiones y diales para ofrecer los máximos partidos en marcador simultáneo a partir de su emisión central, pero a la vez cuando sucede algo en otros campos muestra las novedades en multipantalla, es decir ahora sí se están acercando a lo que sería un auténtico carrusel deportivo. Pero como se debe aprovechar todos los resortes, ETB ofreció, a su vez, por el segundo canal pero con narración en euskera, el partido del Athletic, con lo que según dónde te coloques en el globo terráqueo puedes tener tantas pantallas con fútbol como dedos tienes en una mano. Porque las otras cadenas, aunque no tengan la Liga, tienen otras ligas, y un sábado se pueden ofrecer, entre seis y ocho partidos, en directo, en semi directo y en diferido. Es una locura, un dislate, una manera de crear un caos del que salga alguna luz.
Los coches bajo la lluvia fueron otra opción en donde la multipantalla, la pantalla doble para ser más exactos, ya que con la señal personalizada, La Sexta da entrevistas o intervenciones de sus equipos mientras se ve la señal general y universal. Sucede lo mismo cuando la publicidad, una situación que le puso al borde del ataque a Antonio Lobato ya que viendo que la carrera no empezaba sin el coche de seguridad, decidió dar paso a la publicidad. Tuvo suerte, no se lanzó.
Aunque la verdad es que durante muchos tramos del día, las parrillas de las cadenas, se asemejan a una multipantalla temática, ya que además de solaparse los noticiarios, los asuntos tratados en otros programas se asemejan tanto que es difícil diferenciar. Y lo del programa «Callejeros», empieza a ser un asunto que debería elevarse a la investigación científica: ¿por qué les gusta tanto moverse entre la mierda en ese tono tan amarillo? Parece que ya han logrado marcar a todos los habitantes de los barrios donde se dan expresiones marginales de la península ibérica y han decidido irse a descubrir nuevos focos de miseria. La que nos espera. Bueno, nos queda la única solución: pasar de ellos.