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Carmen Muñoz y Leoncio Calcerrada Militantes del PCE(r) y del Socorro Rojo Internacional

Parejas de hecho en prisión, papel mojado

No se nos ha ocultado que esta medida restrictiva está hecha expresamente para nosotros, presos políticos

En la prisión de Córdoba, haciendo suya una directriz de Instituciones Penitenciarias-Ministerio del Interior, el subdirector de Seguridad nos ha notificado que a partir de ahora son ellos los que deciden quiénes son nuestros familiares y quiénes no, decretando que en lo sucesivo los familiares de nuestra pareja dejan de serlo, para pasar a ser sólo amigos... La excusa: que no estamos casados «como Dios (y el Estado) manda».

Poco importa que nuestra relación familiar esté más que demostrada durante más de quince años, la mayoría de ellos transcurridos entre rejas ambos y comunicando con nuestros familiares «normalmente», que tras cumplir una anterior condena fuéramos nuevamente detenidos y encarcelados cuando vivíamos juntos; ni que tengamos acreditada nuestra unión civil, como pareja de hecho, desde 1996. Tampoco se nos ha ocultado que esta medida restrictiva está hecha expresamente para nosotros, presos políticos, y para algunos otros presos incluidos en el FIES, pero que al resto no les afecta.

No nos engañemos, este aparente despropósito es un nuevo paso en la escalada represiva que venimos sufriendo en las cárceles desde hace muchos años. Su objetivo sigue siendo profundizar en nuestro aislamiento del exterior, privándonos ahora del contacto con nuestros seres queridos. Antes fueron las restricciones para comunicar con amigos, para recibir o enviar correo, para hablar por teléfono... Todo vale para aumentar nuestro sufrimiento y el de nuestros familiares. Se trata de minar nuestra voluntad revolucionaria y nuestra dignidad y que seamos candidatos para su política de exterminio y arrepentimiento con la que poder proclamar que no hay esperanza ni futuro para quienes luchamos contra el sistema de explotación capitalista y sus gestores de turno.

Esto no es nada nuevo, durante más de treinta años de farsa democrática el Estado y sus sucesivos gobiernos han estado tratando de aniquilar o rendir a sus opositores políticos, haciéndonos a nosotros rehenes de su política terrorista, para conseguir arriar la bandera de la resistencia popular: aislamiento, dispersión, palizas, GAL carcelario, condena a muerte a los presos enfermos, cadena perpetua encubierta, etc. son las armas del Guantánamo español para hacernos claudicar. Poco importa que esta política haya fracasado una y otra vez, ellos lo siguen intentando porque no tienen «plan B» para mantener en pie su podrido «Estado de Deshecho». Impotentes, débiles y sin salida, arremeten contra nosotros y el conjunto del movimiento obrero y popular. Desde aquí llamamos a denunciar de todas las formas posibles este nuevo ataque contra las condiciones de vida de los presos políticos.

¡Dentro y fuera, resistencia!

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