El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, considera que la huelga general está justificada por la pérdida masiva de empleo que se está produciendo y porque los empresarios están comenzando «a chantajear» con la aplicación de recortes a nivel sociolaboral. Dice que las consecuencias de la crisis económica se quieren depositar sobre las espaldas de los trabajadores, «cuando no han sido responsables de la misma», sino «han sido las políticas públicas que han permitido al capital acumular riqueza sin control».

¿Por qué se llega a la conclusión de hacer una huelga general?

Porque no se quiere cambiar esa política que ha permitido la acumulación del capital y la especulación, que han sido la antesala de la crisis que sufrimos. Se está destruyendo mucho empleo. No es igual aquí, porque el modelo de relaciones español permite que la patronal obtenga lo que quiere. Hoy la foto es la de la patronal que actúa de forma concertada con los poderes públicos, que no quiere cambiar de política y que está yendo a muchas empresas para reducir salarios, incrementar bolsas de flexibilidad y de jornada. Nada de repartir la riqueza o avanzar a una política fiscal más justa y progresiva.

¿Qué opina de las críticas de los sindicatos que dependen de Madrid a la huelga general?

No tengo interés en que sea un debate intersindical. Nuestro debate es con los gobiernos y patronal. Han defendido el modelo de diálogo social que garantiza el veto de los empresarios. Sólo les digo que hay que ir a la calle para ver las razones de la huelga general. Son muchas. El movimiento sindical llega a la conclusión de que ir al desempleo en el Estado español con el nivel de prestación económica existente es una puerta de entrada a la pobreza. Que te digan que no hay gasto social y que no se quiere incrementar es muy fuerte. Esos sindicatos dicen que no se están produciendo ataques, pero será que no los ven. Porque no paramos de contar empresas en las cuáles se nos plantean reducciones salariales, de jornada, etc. En esta crisis la patronal va a tratar de salir con una posición de ventaja como ya lo hizo en la anterior del 92 y 93. La patronal va a instrumentalizar el miedo que hay a la crisis, porque la gente tiene miedo.

¿Les llevan ventaja los empresarios en los argumentos frente a la crisis?

Sí, y más si no tiras de la cuerda.

¿Por eso la mayoría sindical vasca tira de la cuerda?

Naturalmente. Una cosa es que tú veas lo que sucede y te quedes impasible. Pero otra parte del sindicalismo, la mayoría sindical vasca quiere dar oxígeno a la reivindicación. No es delito plantear una huelga general, porque está en juego cómo salimos de esta crisis, porque la patronal ha tomado la decisión de que se sale con las condiciones de trabajo deterioradas, a pesar de que los trabajadores no hemos tenido responsabilidad para que se llegue a esta situación tan grave.

¿Cómo ve el acuerdo que hay entre los intereses de la patronal, los de los grupos financieros y los propios gobiernos?

El concierto entre intereses patronales, financieros y gobiernos significa que no se cambie nada en lo esencial, no se va a cambiar nada en el reparto de la riqueza, que es el acuerdo tácito que existe. La consecuencia es la destrucción de empleo que, como ya he dicho antes, es la puerta de entrada a la pobreza y a la posición de privilegio de la patronal en el chantaje.

¿Eso pasa?

Claro, pero algunos no lo quieren ver.

Se refiere a CCOO y UGT.

Por ejemplo. Defienden el modelo de diálogo social y eso es una carcasa vacía.

¿Por qué no funciona el diálogo social?

Porque la patronal todo lo que quiere lo tiene directamente del Gobierno. Todo es todo: reformas fiscales y laborales, una tras otra. Al día siguiente de que se lo dan, pide otra más. Es cuestión de tiempo que haya una nueva. Juegan la baza del chantaje. Además, los gobiernos toman decisiones unilaterales unas veces, y otras acompañados por el diálogo social, por ejemplo para incorporar precariedad en el mercado de trabajo. El diálogo social, que ha formado parte de muchas de las reformas, siempre lo ha justificado indicando que se hacía para reducir la temporalidad. Los datos están ahí, pero no se ha reducido. Otra cuestión es que esas reformas han dejado al Derecho laboral irreconocible. La Administración, además, ha tomado otra decisión: no intervenir independientemente de que la legislación sea buena o mala. Ha habido una deserción de todos los gobiernos en todo lo relacionado con el mundo laboral. Es un tema de autonomía de las partes, donde una está francamente débil, porque se ha favorecido que esté débil.

¿Quiere decir que se ha buscado desarmar los derechos de la clase trabajadora?

Claro. ¿Qué es lo que hace? Se constituyen mesas de diálogo social en donde el Gobierno se compromete a que lo que se acuerde se lleva a la práctica. La patronal tiene veto, ya que se acuerda aquello que no discute los intereses de la patronal. Cuando digo que la patronal obtiene todo, es todo, sobre todo el sistema precario, que es un referente a nivel europeo. No hay patronal o empresarios en Europa más subvencionados que los del Estado español. Aquí en Hego Euskal Herria más, porque las administraciones vascas les han tratado con especial delicadeza.

¿Quiere decir que algunos obtienen rentabilidad del diálogo social aplicado en Madrid?

Está pensado para acompañar a las políticas que se hacen, para eludir las responsabilidades de lo que no hacen, porque no quieren hacerlo. Y, un argumento que es específico de Hego Euskal Herria, es que se hace con una concepción centralista española. CCOO y UGT, que nos dicen que los demás hacemos política y ellos, nunca. Lo engrasan muy bien. Porque a partir de ahí el único objetivo que se cumple del diálogo social es hacer llegar financiación a las organizaciones participantes.