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Cuando el comercio internacional se hunde, hamburgo se ahoga

El puerto de Hamburgo es uno de los mejores termómetros para conocer el alcance de la crisis económica global. Sus muelles son puerta de salida de las exportaciones alemanas y por ellos entra gran parte de las mercancías que llegan a Europa procedentes de China.

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Francis CURTA | Periodista (AFP)

Desde su puesto de trabajo en el puerto de Hamburgo (norte de Alemania), Christian Blauert tiene una visión global de la crisis económica: las imágenes difundidas a través de las web en tiempo real por varios puertos chinos muestran montañas de contenedores vacíos. Para Blauert, que dirige la terminal más importante de Hamburgo, estas imágenes confirman que los navíos procedentes de Asia que se esperan en sus muelles para dentro de seis o siete semanas transportarán muchas menos televisiones, vestidos o cepillos de dientes que el año anterior. «La situación en el puerto internacional de Xiantian (nordeste de China) es típica de esta situación. Apenas se ven contenedores llenos; casi todo el lugar esta tomado por contenedores vacíos», comenta.

La empresa para la que trabaja, HHLA (Hamburger Hafen und Logistik Aktiengesellschaft), reconoce que espera una caída de su cifra de negocios de «más de un 10% este año». Además, muchos de los 3.700 empleados con los que cuenta HHLA en Hamburgo entrarán en paro técnico este verano.

«La situación es dramática», afirma sin ambages Axel Gedashko, ministro de Economía de esta ciudad-estado. «El puerto de Hamburgo sufre en este momento una bajada del 30% del volumen de tráfico en relación al pasado año». En 2008 fueron transbordados unos 10 millones de EVP (siglas de Equivalente a Veinte Pies, medida utilizada para calcular el número de contenedores).

En ese periodo, más de 140 millones de toneladas de mercancías llegaron en contenedores a Hamburgo, el segundo puerto de Europa tras el de Rotterdam. China es el principal punto de origen de ese comercio, por delante de Singapur y Rusia.

«La crisis nos está golpeando particularmente porque el puerto se encuentra en el corazón del transporte de mercancías en el norte de Alemania, y nuestra situación refleja la de la economía mundial (...) especialmente la de Europa del Este», que recibe gran parte de sus suministros a través de Hamburgo, como explica Gedashko.

Según un sondeo del banco Haspa, a un 30% de las empresas ligadas al puerto le espera un mal ejercicio económico, un 60% permanecerá estable y sólo un 6% verá mejorar su negocio. «Todavía no hemos alcanzando la cresta de la ola», previene Raimund Klinker, presidente de la Asociación Alemana de Logística (BVL), quien prevé para este año un retroceso del 5% en la cifra de negocios del conjunto del sector. En 2008, este sector que emplea a 2,7 millones de personas en Alemania, alcanzó un volumen de negocios de 215.000 millones de euros.

El país germano, número 1 mundial en exportaciones, ha visto como éstas se están reduciendo desde principios de año. Klinker confirma la tendencia. En términos de transporte, subraya, la bajada en el primer trimestre es de -33% para el automóvil -uno de los principales motores económicos del país- y de entre -10% y -20% para la máquina herramienta.

Los efectos de la crisis se reflejan «no sólamente respecto al volumen, sino también sobre los precios del transporte, que sufren una presión a la baja», sobre todo en los intercambios con China y Sudamérica, según apunta Thomas Wimmer, especialista de la BVL. Según sus estimaciones, en un año, los precios del transporte en contenedores han caído entre un 40% y un 60%.

Blauert, por su parte, se niega a hablar de precios, aunque reconoce que muchos portacontenedores permanecen varados en los muelles debido a una capacidad excesiva en relación a la demanda. Alrededor de un 11% de estos navíos en el mundo estarían ahora amarrados, según un estudio hecho público durante la conferencia internacional sobre transporte marítimo que tuvo lugar en Londres en abril. Estos gigantescos portacontenedores se toman un descanso porque los armadores intentar permanecer a flote economizando también en las escalas.

Japón se despide del tradicional superávit comercial

Tras Alemania, China y Estados Unidos -que, por ese orden, encabezaban el ránking según los resultados de 2007-, Japón es la cuarta potencia mundial en exportaciones. Si en el marco de una crisis de carácter más «regional», la economía nipona ya vivió un momento difícil en los años 90 -que se conocen allí como «la década perdida»-, ahora no es ajena a la crisis global.

Así se desprende de los datos que dio a conocer el miércoles el Ministerio de Finanzas, que indicó que la balanza comercial en el año fiscal 2008, que terminó el 31 de marzo, registró un déficit de 725.300 millones de yenes (unos 5.700 millones de euros), el primero en 28 años.

Japón ha experimentado un gran descenso de sus ventas al exterior -incluyendo los sectores de automoción y semiconductores- debido a la contracción de la demanda internacional -sobre todo, las de EEUU y la UE-, lo que ha hundido su tradicional superávit comercial. GARA

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