Bernardo proporciona una razón para recuperar la fe
Por la vía del extremo sufrimiento, un Deportivo Alavés que terminó con nueve por las expulsiones de Raúl Llorente y Albacar, hizo bueno el gol de Cuevas en su única oportunidad clara y se aferra a la permanencia.
GIRONA 0
DEPORTIVO ALAVÉS 1
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
En la semana de San Prudencio, un Deportivo Alavés en plena crisis de fe, encontró en otro santo, Bernardo, un punto de inflexión para recuperar esa esperanza que ya se había comenzado a perder en todo el entorno. Y es que, aunque en el plano ofensivo el equipo volvió a ser muy plano, pese a todas las adversidades, el Glorioso ayer supo por fin sufrir hasta el último instante y el portero extremeño estuvo brillantísimo en las oportunidades en las que la zaga albiazul cometió errores.
Pese a terminar con nueve jugadores por las expulsiones de Llorente y Albacar, las grandes intervenciones del de Zafra, en un puesto que ha creado demasiadas dudas durante toda la campaña, permitieron que el equipo albiazul terminara con la puerta a cero por vez primera en la época de Javi López -la última ocasión fue el partido ante el Alicante el 18 de enero-, lo que le permitió sumar tres puntos en un campo en el que hasta el momento sólo había conseguido salir victorioso el Salamanca a comienzos de la presente temporada.
Para confirmar este posible cambio de suerte, el resto de resultados, a la espera de lo que pueda hacer hoy el Celta en casa ante el Levante, acompañaron a los albiazules, por lo que el panorama se vislumbra algo más despejado, por mucho que la cosa siga muy complicada y que haya que improvisar un lateral zurdo para recibir al Castellón la próxima semana, en una cita clave para confirmar que el equipo todavía no está muerto y que tiene opciones de salir con vida también de ésta. Porque para salir de una situación como ésta, querer y estar dispuesto a exprimirse por ello es condición indispensable y, tras semanas con dudas en este sentido, el derroche de ayer bajo el diluvio del Montilivi, debe valer para ir convenciendo a los más escépticos.
Poco fútbol
Haber encontrado ese saber competir que Garitano lleva requiriendo desde hace meses debe ser la mejor lectura a sacar de un partido en el que, por fútbol, pocos adeptos se pueden convencer para la causa. No obstante, cuando un equipo llevaba siete jornadas sin conseguir la victoria, la calidad de su fútbol es una prioridad secundaria.
Javi López respondió a las bajas de Almirón y de Emilio recurriendo a recambios naturales y lo cierto es que Pablo Casar ofreció mucho mejores prestaciones que un Pablo De Lucas que nunca acertó a dar salida al juego ofensivo albiazul. Afortunadamente, al equipo gasteiztarra ayer no le hizo falta generar ocasiones para adelantarse en el marcador, ya que hizo gala de una eficacia poco habitual que le permitió adelantarse en el marcador en la primera y última oportunidad del partido.
Tras aguantar el brioso inicio local, el de Abadiño cazó de espaldas un balón bombeado dentro del área, se escoró hacia la derecha y consiguió darse la vuelta y conectar un derechazo que se coló en la puerta de un Ponzo que nada pudo hacer.
Al contrario que la semana pasada ante el Xerez, adelantarse en el marcador sirvió a los albiazules para templar los nervios y comenzar a manejar un poco el partido, algo que no habían hecho hasta entonces.
El técnico local buscó un fútbol más directo en la reanudación con la incursión en el terreno de juego del gigantón brasileño Igor, cuya entrada creó unos problemas a la zaga local que no habían sido capaces de generar Jito y Esteban.
Viendo que la pelota le duraba muy poco a su equipo, que jugaba demasiado lento, Javi López trató de reforzar la medular y de dar velocidad con la entrada de Natxo Garro e Igor. El efecto positivo de los cambios se vio mitigado muy pronto, ya que Raúl Llorente vio la segunda tarjeta amarilla, quizá algo rigurosa, en el minuto 66, lo que dio nuevos bríos al equipo local.
Bernardo, con sus magníficas paradas, fue el argumento albiazul al asedio aéreo que le sometió el Girona aprovechando su superioridad numérica y física, que se vio aumentada con la injustificable expulsión de Edu Albacar en una acción demasiado parecida a la de Moreno ante el Zaragoza. Afortunadamente, Pino Zamorano e Igor se encargaron de compensar enseguida la situación, con una roja directa al brasileño por una dura entrada sobre Cuevas.
Cabrera fue el antídoto de Javi López para el juego directo gerundense, pero como no podía ser de otra forma en el Deportivo Alavés, la angustia fue máxima en un final de partido en el que Bernardo fue agrandando su figura para amarrar un triunfo tan necesario como sufrido, que mantiene viva una esperanza que parecía perdida.
Javi López, que ha sabido mantener la calma tras las derrotas más duras, tampoco quiso lanzar las campanas al viento tras una victoria tan importante como necesaria como la de ayer en Girona. El técnico catalán, especialmente satisfecho con el derroche de los suyos y de que éste por fin tuviera frutos, destacó que, además de corazón, el Alavés supo también gestionar su delicada situación.
«El objetivo era intentar ganar para ver lo que pasa en esta jornada con los que están adelante e intentar restar puntos. Ése era el objetivo para hoy y lo hemos conseguido. Hemos sabido llevar el partido a nuestro terreno y, más con el tanto a favor, se nos ha puesto como queríamos. Lo hemos desarrollado bien hasta que ha habido el cúmulo este de circunstancias, que muchas veces es una moneda al aire, y la verdad es que a nosotros nos sale siempre cruz. A ver si sale alguna cara y nos alegran el día», explicó el entrenador albiazul, que no quiso entrar a valorar la actuación de Pino Zamorano, que además de a dos de sus jugadores, también expulsó a su ayudante en el banquillo, Pablo Gómez.
A pesar de que el Girona ha quedado a siete puntos y tienen el average a su favor, Javi López no les ve como a uno de los equipos a los que pueden alcanzar. «Yo al Girona no le doy opciones, no va a pasar apuros. Es un equipo muy serio y compacto, lo ha demostrado. A lo mejor en la segunda vuelta no ha sacado los puntos que esperaban pero es un equipo que no pierde, hay que ganarle».
Edu Albacar fue uno de los protagonistas negativos por su expulsión y el tarraconense aceptó su error, que achacó a la tensión que viven. «Es una jugada que toca el jugador del Girona y nos pita corner, yo le reclamo al línea y me viene el árbitro un poco chulito y me saca la amarilla. Yo le digo que no es así y me saca la segunda. Ya sabíamos cómo era este árbitro y creo que es más culpa mía que del árbitro», señaló.