Novedad
Travesía de los Mugarris, nueva propuesta montañera
En total son 16 etapas en las que se unen los 276 hitos de la frontera que divide Euskal Herria y con 206 kilómetros de recorrido desde el Bidasoa hasta Belagua. Se trata de una novedosa propuesta montañera que llega de la mano de Carlos Sanz e Iñaki Vigor.
Andoni ARABAOLAZA
En Euskal Herria estamos más que acostumbrados a propuestas montañeras de todos los colores: ascensiones, travesías... Parecía que todo estaba más o menos pateado, estudiado, analizado... pero no, todavía tenemos sitio para las sorpresas.
En esta ocasión, Carlos Sanz e Iñaki Vigor nos presentan una novedosa, sí, novedosa propuesta recogida en una guía o libro bajo el título «Travesía de los mugarris. La unión de los 276 hitos de la frontera vasca». Editada por Sua, los dos autores nos presentan una ruta montañera uniendo dichos hitos en 16 etapas; desde el Bidasoa hasta Belagua. 206 kilómetros para gozar de nuestros paisajes y montañas, y con tintes claramente históricos.
Llama la atención la novedad de esta cita por las montañas vascas. Uno de los autores de este trabajo riguroso, documentado y serio, Vigor, nos acerca a esta travesía de la actual muga de Nafarroa con Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa: «La ruta invita a conocer un poco mejor nuestro país, a plantearse por qué dos Estados decidieron repartirse el territorio vasco, a seguir la frontera que trazaron hace siglo y medio sin tener en cuenta para nada la opinión de los propios vascos. Puede decirse que esta imposición de las fronteras está en la base del actual conflicto político. Es una propuesta para patear esas mugas, para ir con un pie en cada Estado y tomar conciencia de que los dos pies pisan un sólo país».
Han pasado pues 150 años desde que se implantaran esos casi olvidados 276 hitos. Y decimos casi, puesto que Carlos Bardeci ya realizó un excelente trabajo sobre ellos. Un claro ejemplo, como dice Vigor, de la recuperación de la memoria histórica: «Cuando nos planteamos trazar esta ruta, lo primero que nos llamó la atención fue precisamente que a nadie se le hubiera ocurrido antes. Bardeci había visitado casi todos los mugarris, pero no se había planteado unirlos mediante una travesía. También tenemos constacia de que Jesús Murueta conocía la ubicación de los hitos y que tenía intención de escribir un libro. Pero vive en Toronto y no lo llevó a cabo. Es importante aportar datos históricos a los montañeros, de tener memoria histórica».
Los autores de esta propuesta montañera ya tenían realizada la travesía para el año 2007; fue entre marzo y setiembre de dicho año. Recabaron todo tipo de información y nos los han presentado en formato travesía. Historia y práctica montañera van de la mano en esta ruta de los mugarris, donde la política no se esconde en ningún rincón de los espacios naturales que se recorren.
¿Política en la montaña? Algunos no lo ven con buen agrado y los autores responden de esta manera: «Siempre tendemos a identificar la montaña con la libertad, con los espacios abiertos, con la ausencia de las normas que nos estresan en la ciudad. El problema surge cuando alguien quiere imponer sus normas sin tener en cuenta los criterios o los sentimientos de los demás. Cuando España y Francia trazan una frontera e imponen su respectiva nacionalidad en cada territorio conquistado, están poniendo el germen de un conflicto político. Quizás sean los montañeros quienes más conciencia han tomado de esta imposición, precisamente porque conocen que a ambos lados de esa frontera existe un mismo pueblo y que esa división política y administrativa es absurda».
A dicha reflexión, algún lector también puede añadir otra pregunta: si los mugarris son impuestos, ¿por qué mantenerlos si suponen una imposición justo en espacios de libertad? Vigor es claro: «En el trazado de esta ruta hemos comprobado que algunos mugarris han desaparecido y que otros han sido destrozados a mazazos. Personalmente, creo que deben ser conservados, porque no me cabe duda de que algún día desaparecerá la frontera impuesta a este pueblo. Ese día, estos 276 hitos quedarán como testigos históricos de una división impuesta. Como decían los contrabandistas, ya que la frontera está ahí, aprovechémonos de ella. Ellos se sirvieron de las mugas para sacar recursos económicos. Los montañeros podemos aprovecharnos para recorrer rincones que normalmente no visitamos y para realizar una ruta bastante salvaje en un territorio muy humanizado».
GPS a mano
Estamos ante una ruta larga y exigente, que nace desde casi el nivel del mar (15 metros) y termina muy cerca de la cumbre del Añelarre (2.358 m). Turno para los consejos: «Primero, que el montañero se eche el libro a la mochila y, segundo, que no se lo plantee como un reto que hay que acabar. Si algo tiene el montañismo aficionado es la ausencia de competición. Para algunos puede ser poquita cosa y a otros se les puede hacer imposible realizar algunas etapas. Eso sí, una vez que empiezas a descubrir los mugarris, te enganchas. Esta ruta es ideal para realizarla con un club de montaña, porque de esa manera el autobús puede recogernos en el punto de llegada. No es una travesía de senderismo, no está balizada, sino montañismo puro y a veces duro».
Gracias a la gran labor de los autores, la travesía está marcada con coordenadas de GPS. Por lo tanto, dicho aparato se convierte en casi imprescindible: «Algunos mugarris se ven con facilidad; otros, no. Con el GPS se pueden descubrir muchos de ellos, pero nosotros recomendamos agudizar el sentido de la orientación y recurrir a este aparato sólo cuando no hay más remedio».
Otro de los grandes alicientes de esta ruta por etapas es que, aparte de esa visión histórica-política, nos da una buena oportinidad para visitar algunos puntos temáticos como los megalitos, los bunkers... Y todo lo recoge asimismo el libro de Sanz y Vigor: «Esos puntos temáticos se nos ocurrieron sobre la marcha. Aquí sólo hemos inclido unos breves resúmenes, y han sido muy bien acogidos. Ayudan a conocer aspectos de la montaña que muchas veces nos pasan desapercibidos. Los megalitos, las ventas, el contrabando... son aspectos muy relacionados con esta ruta. Creemos que el montañismo no tiene por qué ser sólo andar y andar».
La ruta invita a conocer mejor Euskal Herria y a plantearse por qué los Estados español y francés decidieron repartirse el territorio vasco sin tener en cuenta la opinión de los propios vascos.
La travesía consta de 16 etapas y 206 kilómetros de recorrido que unen los 276 mugarris. Nace casi al nivel del mar y termina muy cerca de la cima del Añelarre. Una ruta sin señalizar que recorre bellos paisajes.