Paso adelante en la lucha por el play off
Salgado culmina la táctica del conejo
El CAI Zaragoza no supo ganar después de dominar, hasta con once puntos de ventaja, gracias a la superioridad del pívot Loren Woods.
CAI ZARAGOZA 69
BILBO BASKET 70
Arnaitz GORRITI | BILBO
Manel Comas bautizó la táctica del conejo como aquella en la que un equipo -en principio, de inferior presupuesto- aguantaba siempre por detrás en el marcador, pero a escasa distancia. El truco estaba en no dejar que el rival se distanciase, e ir limando la desventaja para, al final, tomar la delantera.
El pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza vio ayer, de la mano de Iurbentia Bilbao Basket, y sobre todo, de la mano de Javi Salgado, una clase magistral de táctica conejil. El CAI estuvo por delante durante casi todo el partido, incluida la última jugada. Faltaban 14 segundos y el marcador reflejaba 69-67 después de que Taurean Green anotara sus dos tiros libres. Bilbao Basket, con apuros, acertó a sacar desde media cancha, Salgado «sobó» el balón y se la dio a Blums, que no halló manera de avanzar, así que decidió devolverle la patata caliente al base de Santutxu que, sin pensárselo dos veces -entre otras cosas porque no tenía tiempo para tales veleidades- lanzó un triple que, como mandan los cánones baloncestísticos, entró limpiamente.
Faltaban aún tres décimas, pero ya no hubo más volteretas milagrosas, ya que Markota se encargó de cortar el último balón en juego.
Con el triunfo de ayer, y aunque la jornada no le fue nada propicia a los hombres de negro, los play offs siguen estando a tiro. De paso, Bruesa GBC queda salvado matemáticamente. Todo un guiño por parte de Salgado para sus vecinos.
Woods es el jefe
Los hombres de Alberto Angulo salieron a la carga para dar un paso importante en el camino a la salvación. Así, pese a la ausencia de Quinteros, Loren Woods se erigió en jefe supremo del partido, sacando oro y diamantes de su superioridad bajo los tableros. Sólo Salva Guardia supo darle la réplica, aunque fuera a base de canastas desde más allá de la línea de 6,25 metros.
A medida que avanzaba el partido, la superioridad del CAI fue menguando mientras Blums y Salgado empezaban a acompañar a Guardia. La iniciativa siempre fue maña, pero como no supieron decidir, la muñeca de Salgado no tuvo piedad en la última jugada.