Faltaban 7 minutos para la conclusión del choque. El Baskonia, tras un partido en el que fue netamente inferior al Fuenlabrada, caía por 9 puntos en el marcador. Una pequeña reacción que llegó por parte de los gasteiztarras hacía pensar en la remontada. Una victoria que podía llegar sólo mediante un buen juego colectivo, que brilló por su ausencia durante los 33 minutos anteriores.

Pero nada de eso sucedió; justo lo contrario. El Baskonia se hundió y bajó los brazos, en una actitud antagónica al carácter peleón que siempre se le ha presupuesto. Los de Ivanovic cayeron presos de su propia incapacidad anotadora, y eso tuvo su repercusión en la nula defensa que plantearon a un equipo, el madrileño, que llegó a abusar de un conjunto que, por primera vez en la presente liga ACB, recibió más de 100 puntos.

El duelo no olía nada bien desde el inicio. Aunque el primer cuarto fuera favorable (20-25), el conjunto gasteiztarra era un completo desconocido. «Precipitados en ataque y equivocados en defensa». Así de simple lo definió Ivanovic.

Por mucho que los gasteiztarras estuvieran sobre aviso, el eje Blanco-Oleson -más Valters- se puso las botas en ataque, con 20 puntos cada uno. El Baskonia no consiguió acertar con la fórmula para abortar los ataques exteriores del Fuenla, y aunque estos llegaron a disponer de una renta de 20 puntos, al final el conjunto baskonista maquilló algo el marcador: trece abajo.

Barac e Ilievski no acaban de recuperarse del todo, y la plantilla sigue haciendo malabares con ocho jugadores. Se habla de falta de frescura, e Ivanovic no lo niega. «¿Fichar? Sería el momento ideal. El problema es encontrar un jugador con garantías». Alto y claro.