El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, remarcó que la jornada electoral de ayer es una «verdadera fiesta democrática». «Creo que ya somos ganadores todos los ecuatorianos porque se vive nuestra democracia y tenemos la capacidad de decidir nuestro futuro y eso ya es un motivo de alegría en sí mismo», manifestó tras depositar su voto en Quito.

Animó a sus compatriotas a votar con «fe, convicción, alegría y esperanza». Aseguró que si revalida la confianza del pueblo, seguirá construyendo «la patria grande que soñó Simón Bolívar, José Martí y todos nuestros grandes hombres».

A lo largo de la campaña. dejó claro que «nadie ni nada podrá detener la revolución del pueblo»

Los sondeos le daban una holgada victoria, que rondaría el 50%. Al salir del recinto electoral, fue abucheado por partidarios del ex presidente y candidato Lucio Gutierrez, que acusó a Correa de manipulación y de hacer campaña política en plena votación. Gutierrez, que espera volver a la presidencia, fue detenido en 2006 por atentar contra la seguridad del Estado.

En respuesta a estas declaraciones, el ministro de Interior, Gustavo Jalkh, incidió en que la voluntad popular «será absolutamente respetada».

Los observadores de la UE resaltaron la normalidad en la apertura de los colegios. Los únicos incidentes se registraron en la Isla Puná, ubicada en el golfo de Guayaquil, donde un grupo de ciudadanos ocupó los recintos electorales y no permitió que las papeletas llegaran a su destino. El jefe de operaciones del Comando Conjunto de la Fuerzas Armadas indicó que estaban estudiando otros lugares para que los electores de esa localidad pudieran votar.