Los berlineses dicen «no» a la introducción de la asignatura de religión como alternativa a la de ética
GARA |
El referéndum celebrado ayer en Berlín, a instancias de una plataforma que pedía la introducción de las clases de religión como alternativa a las de ética, fracasó por falta de afluencia de votantes. La ética seguirá siendo la única «confesión» obligatoria en las escuelas berlinesas, después de que apenas un 29% de los ciudadanos acudieran a votar. Entre los que lo hicieron, menos de la mitad se pronunciara por las clases de religión.
Para que prosperase la iniciativa de Pro Reli, respaldada por la canciller Angela Merkel, se precisaba de un mínimo de 611.000 votos favorables -un 25% de los berlineses con derecho a voto-.
Un 51% de los berlineses votó en contra de esa propuesta, que apoyaban, además de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, las Iglesias católica y protestante, así como los judíos practicantes, frente al 48,4% que lo hizo a favor.
El objetivo de Pro Reli era modificar la ley vigente desde 2006, en que se introdujo la ética como asignatura obligatoria, para que el alumno pudiera elegir entre ésta y la asignatura de religión.
La iniciativa se había ganado en Berlín el término de «cruzada» y topaba con el rechazo frontal del alcalde-gobernador, el socialdemócrata Klaus Wowereit, y de sus socios de gobierno, la Izquierda y Los Verdes.
La ética como asignatura obligatoria en la escuela se introdujo hace tres años para agrupar en una sola clase a los alumnos de todas las confesiones, para que aprendieran unos valores comunes y se favoreciera el diálogo interconfesional.
Introducir como opcional a la ética otra la clase de religión hubiera significado, a juicio de sus detractores, dividir a los escolares según su confesión.
En otros estados federados la religión es asignatura optativa a la ética, pero en Berlín se da la circunstancia de que no hay una confesión dominante. El 60% de su población -unos 3,5 millones de habitantes- no pertenece o no se reconoce como practicante de ninguna religión.
En las semanas precedentes al referéndum se habían formado dos bandos claros de partidarios y contrarios; Merkel y su CDU, por un lado, y el SPD de Wowereit y la Izquierda, por otro.
Además, miles de carteles con a favor del «sí» y el «no» cubrieron las paredes de la capital. En algunos aparecían incluso estrellas de la televisión o el fútbol.
Pero los partidarios de la reforma ni siquiera han contado con el apoyo del conjunto de representantes religiosos. Las asociaciones musulmanes se negaron a pronunciarse.