Faltó esa guinda del remate final
Aunque se visitaba el Nuevo Zorrilla con la idea de traerse los tres puntos, el empate arrancado tampoco debe saber mal en un tramo crucial de la temporada en el que sumar puede ser muy importante. Tampoco se podía esperar mucho más con tan poco mordiente.
VALLADOLID 0
OSASUNA 0
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna echó mucho en falta a su hombre gol, Pandiani. No porque el equipo necesitara remontar un resultado adverso -el Valladolid apenas inquietó-, sino porque el dominio rojillo durante buena parte del choque no tuvo la guinda de un remate que hubiera permitido traerse los tres puntos a Iruñea.
Fue un partido serio, nada que ver con lo sucedido en Almería, pero siempre con la espada de Damocles de que en una jugada aislada, un despiste, un desliz... Un eterno miedo a la derrota en el último momento -y van tantas veces- que provocó el paso atrás de los de Camacho tras el paso por vestuarios.
Mejor garantizar un punto que perderlo. A algunos les puede saber a poco, pero quizás sea muy valioso cuando se haga el cómputo final acabado el campeonato. Más si la escuadra encarnada saca adelante la inminente final ante el Recreativo el próximo domingo y que le pondría a un paso de confirmar la permanencia.
Sumar también es importante tras la bofetada de dos derrotas consecutivas, es una forma de recuperar la autoestima y la creencia de que se están haciendo las cosas bien para acabar certificando la salvación. En otras circunstancias, ante un rival todavía más romo que los navarros, y teniendo de tu lado un futbolista tocado con la vara del olfato de gol, puede que el botín hubiera sido más suculento. Porque hubo periodos de buen fútbol por parte de los navarros, con triangulaciones y aperturas a bandas, cuyos envíos nunca encontraron rematador.
Tanto Masoud como Kike Sola se enfrascaron más en tareas combativas -labor que también les honra- que en pelearse estar en el lugar idóneo en el momento justo. El iraní hizo en muchos lances la guerra por su cuenta y el canterano se vació, pero no está con esa chispa de cara a puerta de la que en otras ocasiones ha hecho gala.
Sin profundidad
Por pura inercia, Osasuna se vio obligado a llevar la iniciativa ante un equipo anfitrión carente de creatividad, con dos medios centros destructores -Borja y Baraja- y un único jugador que parecía tenerlo claro en ataque, Pedro León, que varió casi de manera continua de carril con su compañero Aguirre. Para el cuarto de hora de choque, y después de un inicio un tanto desconcertante de los rojillos, la posesión del balón ya era visitante.
Pero sin profundidad. Tocar y más tocar para tener que probar con disparos lejanos y desviados. Y con el inconveniente de más de un balón perdido en tres cuartos que generaba la rápida salida de los pucelanos, una de sus bazas ante la incapacidad para llevar el peso del envite, pese a jugar en su estadio.
Atajar esas arrancadas locales y el miedo a terminar perdiendo motivaron que el nivel bajara muchos enteros tras el descanso. Los segundos cuarenta y cinco minutos fueron más de imprecisiones y pelotazos que de buen fútbol. En ese desorden, el Valladolid ganó enteros y se movió con bastante más espacios para sus aceleradas salidas.
Pero el mal era común a ambas escuadras. Sin estilete y con una clasificación como para no arriesgar. Puestos a hablar de premuras, era Osasuna quien más las tenía y apretó a la media hora de este segundo tiempo con varios lances consecutivos, pero sin acierto. A seguir en la pelea de un sueño que parecía inalcanzable en Navidad.
José Antonio Camacho vio la botella medio llena tras el punto cosechado en el Nuevo Zorrilla. «Hay un partido menos y nuestras opciones dependen de nosotros. Hemos buscado ganar, pero se nos podría haber ido. Un punto a estas alturas está bien. Nos ha faltado meter un gol, de haberlo hecho, hubiésemos ganado, seguro. No veía al Valladolid capaz de meter dos goles», indicó.
Insistiendo en este aspecto, el técnico rojillo explicó que «hemos llegado hasta el borde del área muy bien y nos ha faltado el remate. En la segunda parte ha habido un rato en el que hemos encerrado al Valladolid, un equipo al que el empate le sabe a gloria, y que es muy difícil y correoso», lo calificó.
El preparador murciano se refirió, a continuación, al siguiente compromiso. «Hay que seguir sumando puntos y el próximo partido ante el Huelva es clave. Debemos llegar a cuarenta, ya que te daría otras posibilidades, sería otro porcentaje más alto. Está en nuestras manos y los jugadores van a salir convencidos», comentó.
También se refirió al hecho de que no hubiera ningún contratiempo ajeno al juego que afectara sobre el equipo. «Ha sido un partido normal, hemos acabado con once y a cero la portería. Es verdad que algún jugador podía dar la sensación de estar un poco cansado, pero creo que hemos llegado cinco veces a su portería y alguna de ellas podría haber entrado», aseguró.
José Luis Mendilibar, entrenador del Valladolid, reconoció que su equipo está «atascado» porque «no hacemos lo mismo de hace seis semanas, de apretar cuando no tenemos el balón y, con él, jugar con fluidez. Nos falta atrevimiento y querer ir al campo contrario».
El habitual descanso semanal de la plantilla se disfrutará en la jornada de hoy. A partir de ahí, el resto de los días habrá entrenamientos matinales -todos ellos a las 10.30 en Tajonar- para recibir la visita del Recreativo, en un choque determinante para la salvación.
Finalmente, la cifra de aficionados rojillos que se desplazó hasta Valladolid se acercó al millar de personas, que no dejaron de animar durante todo el encuentro. Fue una pena que el equipo no pudiera obsequiarles con una victoria, pero al menos lo intentaron.
Una de las mejores noticias del choque disputado en el Nuevo Zorrilla es que Osasuna acabó con su portería inmaculada. Una circunstancia que no se daba desde hacía algo más de un mes, cuando los rojillos se impusieron en El Sadar al Espanyol gracias a un gol de Nekounam.