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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Otra vez a vueltas con Korrika

La verdad es que son pertinaces como la sequía de tiempos de Franco. Más que pertinaces, cabría decir, obsesivos. Y una de sus mayores obsesiones es el euskara. Ayer «Abc» titulaba a toda página «Otra infamia proetarra en Berriozar». Ya pueden prepararse.

Según el corresponsal del rotativo carcamal, «La `korrika', esa pretendida marcha cultural a favor del euskera que se celebró recientemente en el País Vasco y Navarra, sirvió a su paso por Berriozar para homenajear a los etarras de la localidad». Se refiere a la presencia de fotografías de presos que portaban sus familiares. Hasta ahora no se había enterado.

Lo ha visto en una revista distribuida ahora en Berriozar y así se lo explica a sus lectoras y lectores: «Tal y como se puede observar en una revista `buzoneada' en la localidad navarra estos días, durante la `korrika' los cómplices de ETA portaron fotografías de los vecinos Mikel Ayensa, Ibai Ayensa, Pernando Barrena y David Cebrián, entre otros». Y, atención, «Pernando Barrena era una de las cabezas visibles de la ilegal Batasuna hasta su detención en febrero del pasado año. Incluso, familiares suyos portaron el relevo de la korrika». Observen la gravedad del hecho.

Pero no sólo es la Korrika, es casi todo: «Recientemente, ABC reveló que un concierto de rock celebrado en el polideportivo de Berriozar también derivó en homenaje proetarra, ya que una decena de individuos subió al escenario con retratos de presos etarras. Además, en otras fotografías de la revista se ve cómo tomaron parte en la carrera cultural los ediles de ANV, Nafarroa Bai e Izquierda Unida». O sea, un complot que ha tenido que poner al descubierto «Abc».

La denuncia viene de la mano de una siniestra plataforma intitulada España y Libertad, que ha asegurado al de «Abc» que «se corearon gritos a favor de ETA y sus presos y se exhibieron carteles y pancartas a favor de las organizaciones ilegalizadas del entorno etarra, todo ello a su paso por Pamplona», y por ello pide que se condene (vaya usted a saber a quién) a «penas de prisión de uno a dos años». Son patéticos. Además de pertinaces, claro.

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