Sri Lanka admite bombardeos en la «zona libre de combates»
El Gobierno de Sri Lanka admitió haber bombardeado la «zona libre de combates», tal y como han denunciado organismos tamiles de derechos humanos. Este reconocimiento se produce tras la filtración de un documento interno de Unosat, instituto para la investigación de la ONU, en el que varias imágenes captadas por satélite evidencian los cráteres abiertos por las bombas y la destrucción de edificios.
A. LERTXUNDI |
Un documento interno del instituto Unosat de la ONU, al que GARA ha tenido acceso, recoge los daños causados por los bombardeos de la Aviación cingalesa y ataques de artillería en la denominada «zona libre de combates», establecida por el Gobierno de Sri Lanka en febrero.
Una secuencia de imágenes de alta resolución y captadas por satélite en la mañana del 19 de abril muestra los numerosos cráteres, de entre 3 y 9 metros de diámetro, abiertos por las bombas y fuego de mortero.
Cada una de las imágenes viene acompañada de una breve explicación, y con ayuda de flechas, se indica las áreas afectadas y la dimensión de los cráteres. Cifra en 60 los edificios destruidos en este área desde el 29 de marzo al 19 de abril.
Subraya que «no están incluidos los campos de desplazados internos, porque, al ser de menor tamaño y móviles, no es posible identificar con un grado aceptable de confianza los daños que el fuego de mortero ha causado en sus estructuras».
Unosat otorga «un elevado nivel de confidencia» a este documento al entender que el contenido de las imágenes «no se ha podido contrastar in situ».
Reconoce que «la estimaciones son mínimas» y que los daños en estos momentos -casi dos semanas después que se recogieran estas imágenes- pueden ser mayores.
Ante la filtración de este documento, el ministro cingalés de Exteriores, Palitha Kohona, admitió en declaraciones a la cadena Al Jazeera estos bombardeos pero alegó que se produjeron hace semanas y que su objetivo eran los arsenales de armas de los Trigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE). «En la medida en que la represalia es proporcionada, son perfectamente legítimos. Lo que hicimos fue localizar los arsenales y bombardearlos», argumentó.
«Reto a cualquiera que diga que estos agujeros fueron causados después de que los civiles se desplazaran a esta zona y la declaráramos `libre de combates'», remarcó Kohona.
Estas declaraciones contradicen la postura que durante semanas ha mantenido el Gobierno, negando el uso de fuego de artillería y ataques aéreos.
«Transparencia»
Einer Bjorge, responsable de la unidad de mapas de Unosat, remarcó que «no hay nada más transparente que estas imágenes». «Cualquiera que esté interesado en verificarlas puede comprarlas al operador», indicó.
Por su parte, Meenakshi Ganguly, investigadora de Human Rigths Watch (HRW), incidió en que estas imágenes prueban la situación de riesgo de los civiles tamiles y el empleo de armamento pesado. «De hecho, en una ocasión, personal de HRW escuchó el sonido de las bombas cerca del hospital», denunció.
El Consejo de Seguridad de la ONU descartó imponer sanciones a Sri Lanka por su ofensiva contra los tamiles. El embajador británico John Sawers afirmó que sancionar al país no forma parte de la agenda y apostó por «ayudar» al Gobierno.
Más de la mitad de los 170.000 civiles que han huido hacia las zonas controladas por el Gobierno son niños, según Unicef. «Llevan meses sometidos a condiciones extremas, que incluyen duros combates y falta de alimentos, agua y medicinas», advierte.
El Ejército cingalés acusó al LTTE de sabotear y «asesinar técnicamente» su página web -www.army.lk- y colocar en ella «horribles y truculentas» imágenes, en las que, según indicaron medios locales, aparecían civiles tamiles víctimas de la guerra.
La reciente visita a Sri Lanka de los ministros de Exteriores de Gran Bretaña y el Estado francés ha levantado una fuerte polvareda entre los dirigentes de la isla. El ministro de Defensa y hermano del presidente, Gotabaya Rajapaksa, la tachó de «pérdida de tiempo» e incidió en que los viajes de enviados son «innecesarios». «Puede que ésta sea su forma de hacer las cosas, pero no me importa. El pueblo de este país aprueba lo que hace el presidente y un líder debe escuchar al presidente y no al ministro de Exteriores del Reino Unido».
El presidente Mahinda Rajapaksa también arremetió contra Occidente. «Aquellos que vienen a sermonearnos han visto cómo se bombardea en Afganistán. Antes de acusar a otros, debes tener la seguridad de saber lo que has hecho tú», destacó. «Estos enviados extranjeros están dispuestos a creerse la propaganda de una organización terrorista», criticó.
Nuevamente rechazó la declaración de un alto el fuego para evacuar a la población civil que aún está en la franja de tierra controlada por el LTTE. «Disponen de algo de tiempo para dejar las armas y rendirse a pesar de que nuestra operación militar está en su fase final», reiteró.
Por su parte, un representante del LTTE declaró a la británica BBC que no se rendirán mientras no se les garanticen sus «derechos legítimos». La guerrilla augura que «pronto se producira la peor masacre».