Hay una figura ecuestre de un famoso dictador que omito pronunciar que señala con su dedo roñoso un norte imaginario en la nada, el mismo norte que puede ser una mosca o un punto indefinido para perdernos en su búsqueda, mientras nos suceden realidades que difícilmente podemos superar y nos han de preocupar.

Cuando recién he vuelto de un país lejano pero terrenal, acabo de enterarme de los más de 4.000.000 de realidades que se desesperan en la búsqueda de empleo, de esos mas de 31% de jóvenes que engrosan las bolsas de desesperanza del paro y de montones de problemas que diariamente han de preocupar a todo un estado supuestamente democrático, no por ello consciente que hoy en día es el estado con una tasa de desempleo más alto de Europa o con peor futuro económico en la Unión Europea, por más que nos vendan la vida de sus famosos en capítulos .

Pero mira por dónde, el dedo de los que nos malgobiernan sigue indicando a las moscas que vuelan, a la liga de fútbol, o en su defecto al trasero de Carla Bruni, cuando no al conflicto eterno que tienen con el Norte, es decir nos seguirán anunciando lluvias en el Sahara y problemas en Marte.

La dictadora versus democracia que citan hace aguas y se pudre en la pasividad y aún nos dicen que España va bien, que los vascos son malos, perdón, que los independentistas ilegalizados son el problema, que los talibanes llevan barba y sus mujeres burca y que hay una gripe porcina que matarile, rile, ron.

Si por el trato que reciben los ciudadanos de la pseudo-democracia española sabemos de la calidad de la misma, estaremos a la altura de esas caricaturizadas dictaduras bananeras de los Comic de a 10 céntimos de peseta de antaño. Puesto que creo que se merecen menos cuentos y más actuaciones efectivas e inmediatas los más de 4.000.000 de afectados por el paro ¿o no?

La cuestión es más grave cuando por ejemplo te das cuanta de que, entre otras cosas, en el Perú un ex presidente criminal y corrupto como Fujimori ha sido condenado a 25 años de prisión y comparativamente, todo un dictador durante 40 años, sus seguidores y sustentadores, o ex cargos de gobiernos «democráticos» involucrados en guerras sucias no sólo no han sido juzgados sino incluso que han sido condecorados, o siguen ejerciendo como expertos de no se qué temas... Me comentaban al respecto en Lima, que la gran diferencia entre el Perú que ha ajusticiado en parte a un chulo dictador-rata (como le calificaban en la prensa de allí) y el silencio por ejemplo sobre torturas, el señor X y otros temas en España es que allí hay una democracia endeble y en España y Europa una democracia establecida y consistente (sic). Que cada uno saque su conclusión.

Pero vuelvo a la cifra que seguramente se superará con creces y al presidente con talante tan interesado en negar la realidad y sus incapacidades para aceptar la realidad que cito, ¿tan estúpidos nos cree como para que todo se tergiverse con palabras estériles y gestos propios de un maniquí? ¿será que cuando peor estamos o están, solo agitar el tema vasco, se callan las conciencias incluso la de los mas necesitados? Triste país. Y vergüenza es lo que debería de darnos con la que esta cayendo para no pedir la dimisión de los inútiles políticos y vendepatrias que agitan miedos, historias vendibles y cuentos chinos con tal de ocultar sus incapacidades mentales y actitudinales.

Mientras, cómo no, nos marean con programas de estupidez suprema en medios de comunicación incluso los «autonómicos», debates en la nada para pensar que tenemos libertad y con intencionalidad manifiesta, para que sigamos pensando que vivimos en un mundo perfecto, cómo no, siempre con señores que nos indicaran con su dedo a dónde mirar y qué pensar.

Así, seremos ajenos a toda la realidad de nuestro entorno, que se pudre en la inmundicia de la falta de pensamiento libre y con el ahogo de sentirnos menos libres de pensamiento. Esperemos no olvidarnos como mínimo que hoy en día en esa «España» maravillosa que tanto gustan citar, hay mas de 4.000.000 de personas en paro y muchas personas que aún nos tratan como seres estúpidos mientras ocultan sus incapacidades y responsabilidades ante la magnitud de los problemas.