El Consejo de Seguridad de la ONU renovó por un año el mandato de su misión en Sahara, Minurso, pero rechazó ampliar sus responsabilidades. Tras un tenso debate, venció la postura del Estado francés, que se opuso a que la Minurso vele por el respeto de los derechos humanos, tal y como defendían Costa Rica y Uganda, con el apoyo de Austria y México. El único en mostrar explícitamente su oposición fue el embajador francés, Jean-Maurice Ripert, que se alineó con la propuesta de autonomía de Rabat, en su opinión, «digna de tener en cuenta». El resto de las delegaciones optó por el silencio.

Los representantes ugandeses y costarricenses habían planteado que la resolución recogiera «la importancia de llevar a cabo progresos en la dimensión humana del conflicto», a lo que también se opuso París. Su constante negativa obligó incluso a suspender la reunión durante unas horas.

Finalmente, los quince llegaron a un acuerdo y, de forma unánime, adoptaron la resolución 1871, en la que instan a Rabat y al Frente Polisario a continuar con las conversaciones iniciadas en Nueva York «sin condiciones previas, de buena fe y teniendo en cuenta los esfuerzos realizados desde 2006». Dicho proceso está congelado desde el año pasado.

El delegado del Frente Polisario en la ONU, Ahmed Bukhari, denunció que el Consejo de Seguridad «va a seguir manteniendo una doble vara de medir en materia de derechos humanos debido a la voluntad de uno de sus miembros. Si no hay solución para un referéndum es esencialmente por Francia».

El embajador de Marruecos, Mohmmad Loulichki, sostuvo que en su país «se respetan los derechos humanos. Somos un Estado de Derecho como lo son España y otros países».

Por otra parte, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con Sahara (CEAS) pidió a los gobiernos francés y español que «el consenso» entre ambos países no conlleve «consecuencias y resultados perversos» contra el derecho de autodeterminación. «Ninguna estrategia o juego político de Estado puede pretender obviar la legitimidad y el derecho internacional en relación con el pueblo saharaui», resaltó en una carta dirigida al presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Denunció el silencio de los gobiernos ante la vulneración de derechos.