El índice de la violencia en Irak experimentó en abril un importante aumento con 680 muertos frente a los 250 registrados en marzo, lo que supone un incremento del 267%, según informó el Ministerio de Interior.

Según estas cifras, 255 de las 680 víctimas fallecieron en una serie de atentados que se concentraron principalmente en Bagdad y en la provincia de Diyala, al noroeste de la capital. En este repunte de la violencia, en el que también resultaron heridas más de 700 personas, se registraron 13 atentados con coche bomba, tres con cinturón explosivo y otros 58 con bombas, así como 55 ataques con proyectiles de mortero.

El comunicado no expone ninguna posible causa de este aumento de los ataques armados. Estas cifras contrastan con las de marzo, descritas como las más bajas registradas desde que el Ejército estadounidense iniciara la ocupación en 2003.