La nueva vacuna no estará lista antes de cuatro o cinco meses
Asumen que el virus rebrotará en otoño junto a la gripe convencional
El hemisferio sur se enfrenta al próximo comienzo del invierno y la confluencia del nuevo virus con la gripe convencional. En Europa, se espera un rebrote del H1N1 porcino para otoño, mientras la nueva vacuna tardará cinco meses.
Joseba VIVANCO |
«A veces, no se sabe lo que no se sabe. Hacer frente a una infección nueva y emergente supone una lección de humildad. No debemos dar a entender que sabemos lo que va a suceder. ¿Será grave o leve? ¿A qué grupos de edad afectará en mayor medida? Sencillamente, no lo sabemos». Eran palabras en 2005, en puertas de la gripe aviaria, de quien hoy está al frente de la Organización Mundial de Salud, la doctora Margaret Chan. Y sirven igualmente. Todo son conjeturas sobre el potencial de este nuevo subtipo del H1N1, pocos dudan de que se extenderá y todos confían en que su grado de mortalidad sea bajo, incluso como el de una gripe humana.
Sin embargo, son muchos los expertos que apuntan a que el brote aparecido en México puede entrar pronto en fase de descenso -como lo demostraría que el número de muertos en aquel país no parece ir a más-, pero que, como ya sucediera en otros brotes epidémicos, a una fase álgida de la crisis y su posterior receso, le seguirá otro rebote. Y éste, al menos para Europa, coincidirá, calculan, con la llegada de la gripe humana estacional en otoño.
Hacia dónde derivará el virus
Este tipo de epidemias suelen responder a un patrón marcado por dos picos; ahora estaríamos en el primero, aguardando ese descenso. Una amortiguación que estaría favorecida también por el clima verianiego, ya que el calor perjudica al virus.
Pero con la llegada del frío a finales de año, este nuevo virus podría resurgir como una nueva gripe, quién sabe si más virulenta, que perfectamente podría serlo. Una pregunta que seguramente se hacen con más inmediatez los habitantes del hemisferio sur, a quienes el invierno les llega ahora.
«Habrá que vigilar lo que pasa en el sur, no sabemos si el nuevo virus tiene un patrón de actividad estacional», ha dicho el director adjunto de la OMS, Keiji Fukuda.
El problema viene dado por los cambios hipotéticos con los que puede rebrotar. No se tiene ni idea de hacia dónde va a evolucionar. Sí parece evidente que cuando más se extienda y vaya saltando de huésped en huésped, más posibilidades tendrá de ir modificando y mutando.
Entre tanto, lo que sí anunció ayer el director de los Centros de Control de Enfermedades (CDC) estadounidenses, Richard Besser, es que para otoño estará lista la vacuna contra este nuevo virus, que incorporará esta variante del H1.
Pero otro problema volverá entonces a estar encima de la mesa. «La pregunta es ¿quién la recibirá? ¿a quién vacunaremos?», se cuestionaba Besser. «Claramente no podemos vacunar a 300 millones de personas», precisaba en referencia a sus conciudadanos. Y advertía: «La respuesta depende de lo que hayamos aprendido del virus y de cómo se transmite. Será una decisión más social que científica», culminaba su interrogante.
Lo que sí parece claro es que será un asunto sobre el que los expertos deberán debatir y decidir. Este nuevo virus ha afectado directamente a personas jóvenes, todo lo contrario que la gripe convencional, que se enseña más con enfermos y ancianos. ¿Deberá ser el grupo de edad de 20 a 50 años también población diana de la futura vacuna que incluya la defensa contra este H1N1 porcino? La campaña de vacunación el próximo otoño se presenta movidita.
Otro dilema que presenta el trasvase de esfuerzos de las farmacéuticas para dar con esa nueva vacuna es que irá en detrimento del trabajo habitual de fabricar la vacuna para la gripe convencional de este año, que no olvidemos mata a casi un millón de personas en todo el mundo. La OMS ya ha dejado claro que la vacuna utilizada contra la gripe estacional no es efectiva para prevenir el nuevo virus de la gripe.
La directora de la Organización para la Investigación de Vacunas, Marie-Paule Kieny, confirmó ayer que «en pocas semanas» algunas plantas de vacunas pararán de producir vacunas para la gripe estacional y empezarán a trabajar en la nueva vacuna.
Así las cosas, a expensas de cómo evolucione el nuevo virus y de cómo se gestione la fabricación de vacunas, los responsables sanitarios tienen unos meses por delante para encarar la complicada temporada de gripe que se espera.
Mientras tanto, lo que toca es encarar la propagación del virus y de los casos. Casi nadie duda de que la OMS elevará al máximo nivel 6 la alerta y confirmará la pandemia. Eso sí, la gripe porcina llevará el nombre de `pandemia' aunque el nuevo virus cause síntomas leves en su expansión por el mundo. Que sea una pandemia no quiere decir que sea mortal.
Es más, aunque ha sido mortal en su epicentro, México, y matado a un bebé mexicano en EEUU, en otros países los infectados de la nueva gripe se encuentran bien, siendo la diarrea su principal síntoma. La propia Chan ha dicho que «la enfermedad podría causar más incomodidad que muertes, señalando que muchos pacientes infectados en Estados Unidos se habían recuperado sin medicamentos».
«Es posible que el espectro clínico completo de esta dolencia vaya de enfermedad suave a grave. Hemos de continuar siguiendo la evolución de la situación para tener la información y los datos específicos que necesitamos para responder a esto», añadió. «Podría haber una posibilidad de que el virus se extinga y frene, y eso sería lo mejor para nosotros. Pero el camino puede ser otro», concluyó.
Lo que es evidente es que cuanto más se propague, mayor es el riesgo, aunque su peligrosidad no sea alta. Incluso ya hay quien mira más allá y se cuestiona qué puede pasar si este H1N1 llega a Asia donde aún persiste, endémico en países como Indonesia, el H5N1 de la gripe aviaria. ¿Podría darse una confluencia entre ambos?
Guan Yi, microbiólogo de la Universidad de Hong Kong, responde que se podrían combinar y convertirse «en un muy poderoso virus H5N1 que es muy transmisible entre personas. Entonces tendríamos verdaderos problemas, sería una tragedia».
Por contra, el catedrático de la Universidad de Zaragoza Juan José Badiola, lo descarta. «Eso es pura ficción», ha llegado a decir, admitiendo que puede darse ese cruce, pero no que de él tenga que salir un supervirus mortal.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 casos de gripe A -como ahora se denomina oficialmente- se han confirmado ya en el mundo, donde trece países en tres continentes han informado del contagio. En total, diez muerte oficiales. En México, epicentro del brote, más de 160 muertes se han vinculado a la gripe A, si bien el Gobierno mexicano sólo ha confirmado 12 fallecimientos como consecuencia directa del virus,mientras que la OMS cita sólo nueve.
Por su parte, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU informó ayer de que el número de casos ha aumentado a 141 y se ha extendido por 19 estados.
El otro país donde los casos se han multiplicado es Canadá, en donde un nuevo caso de gripe eleva a 35 el número de confirmados por las autoridades canadienses, aunque la OMS ha contabilizado hasta ahora 19 casos en ese país.
Pero, la noticia del día de ayer fue que ya son cuatro los estados que han confirmado casos en personas que no habían viajado a México. Tras el anuncio del Estado español, el jueves se sumó Canadá y este viernes dos casos más en Alemania y Gran Bretaña. Y hay que añadir un posible quinto caso a confirmar en Dinamarca.
Entre tanto, son muchos los gobiernos que vienen informando de casos sospechosos dentro de sus fronteras, la mayoría desmentidos, como el posible enfermo peruano que, al descartarse finalmente, deja libre, de momento, a Sudamérica de contagios conocidos. Por otra parte, las autoridades sanitarias de Hong Kong confirmaban el primer caso de gripe AH1N1 en Asia. El paciente es un mexicano que llegó a la ciudad china en un vuelo procedente de Shanghai.
La Archidiócesis de Miami ha aconsejado a los sacerdotes de las diferentes parroquias del sur de Florida que depositen la hostia de la comunión en las manos de los fieles y no en la boca, como medida profiláctica, y que no den el vino que se consagra.