La clase trabajadora gira la llave del motor
El deterioro generalizado de las condiciones laborales y la convocatoria de huelga general para el próximo día 21 marcaron ayer de forma especial la celebración del Primero de Mayo en Euskal Herria. Las movilizaciones recorrieron las calles de los principales núcleos del país para denunciar el acusado retroceso en los derechos de los trabajadores, el incremento del paro y la reducción de la protección social en el contexto de una crisis que, a juzgar por las cuentas de resultados de las principales empresas, está pagando la clase trabajadora casi en exclusiva. Ante esta situación, los trabajadores expresaron ayer con nitidez su apuesta por hacer frente a la situación con determinación y contundencia, características que concurren en la convocatoria de huelga general realizada para el día 21.
En las manifestaciones celebradas ayer, los representantes de los trabajadores enviaron mensajes muy claros a los diferentes actores económicos. Por un lado, acusan a la patronal de haberse embolsado sin escrúpulos los pingües beneficios generados en los últimos quince años de crecimiento económico y tratar ahora de eludir sus responsabilidades, aprovechando la crisis para recortar aún más los derechos de los trabajadores y diseñar un nuevo escenario laboral marcado, entre otras variables, por el despido libre y gratuito. En ese plan, cuentan con la inestimable colaboración de los gobiernos, que lejos de abordar decisiones de calado y reformas estructurales, se pliegan a los deseos de la patronal sin importarles un ápice el grave coste social de su actuación.
Así las cosas, la fuerza de los trabajadores aparece como la única capaz de mover con energía el motor que lleve al conjunto de la sociedad hacia un cambio real. Un cambio que tenga como objetivo principal la redistribución de una riqueza convertida en monopolio de una minoría, antes con la prosperidad y ahora con la crisis. Un cambio con el que el poder de decisión regrese a la ciudadanía de Euskal Herria, la única facultada en democracia para elegir cuál es el modelo social, político y económico del que se quiere dotar. La convocatoria de huelga para el próximo 21 de mayo es el primer paso hacia la activación de un motor cuya puesta en marcha está desatando los nervios entre quienes no quieren que nada se mueva.