CRíTICA cine
«Paraíso Travel» Visa para una pesadilla
Mikel INSAUSTI
El colombiano Simon Brand demuestra con “Paraíso Travel” que todavía quedan muchas cosas que decir sobre el drama de la inmigración, huyendo de los lugares comunes y de los tópicos habituales en las películas que reflejan el éxodo de los habitantes de los países del sur hacia el norte desarrollado. La novedad de su planteamiento consiste en mostrar a un tipo de inmigrante diferente al que habíamos visto hasta ahora, pues ya no se trata del pobre que deja atrás su casa y a los suyos por pura necesidad. A la pareja protagonista de la cinta más taquillera de la historia del cine colombiano no les mueve el hambre, sino otro tipo de ambición, mezclada con problemas de índole personal y familiar. Estos jóvenes no tienen excesivos problemas para reunir los tres mil dólares que cuesta el viaje, lo que no les libra de ser víctimas de cuantos abusan y hacen negocio con la indefensión ajena. Sufren exactamente el mismo calvario que cualquier otro inmigrante, debido a su condición de «ilegales», la cual les convierte en ciudadanos sin derecho alguno en cuanto se disponen a cruzar fronteras.
Simon Brand opta por una narración fragmentada al estilo de los guiones del mexicano Guillermo Arriaga, que casa bien con una estética de realismo sucio cercana a la de “Amores perros”. Ahora bien, el material rodado en Queens recuerda bastante al clásico de John Schlesinger “Cowboy de medianoche”, en especial las secuencias de ambientación marginal y nocturna protagonizadas por un canallesco John Leguizamo. Pasajes que se alternan, a través de bien dispuestos flashbacks, con las penurias relativas al accidentado viaje, de tal modo que todo lo padecido en Nueva York parece una prolongación de la misma pesadilla o forma parte de ella. Son muchas las anécdotas tristemente memorables que deja tan amargo recorrido, pero me quedaría con la que presenta al gran actor mexicano Jesús Ochoa como el sucio conductor de autobuses que chantajea sexualmente a una pasajera ilegal que no pasa desapercibida.