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La final de parejas en el Atano III supera a las discotecas en cuanto a niveles dehumo

El pasado 29 de marzo se disputó en el frontón Atano III la final de parejas entre Irujo-Goñi III y Olaizola II-Mendizabal. Cuando se llegó al 21-21 casi no se veía el marcador debido al humo. A pesar de que está pro- hibido fumar en los recintos cerrados, allí se duplicaron los niveles de algunas discotecas.

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Iñaki VIGOR

En esa final de parejas ya había una considerable densidad de humo cuando apenas se habían jugado doce tantos. Cuando el marcador se puso en 11-17 ya había una gran cantidad, y en el último tanto, con las apuestas y la tensión a tope, se alcanzó una densidad «brutal» de partículas de humo. La adicción al tabaco había superado claramente a la ley de 1998 que prohíbe fumar en los recintos cerrados de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Estos datos forman parte de un novedoso estudio dado a conocer ayer en Iruñea por el médico de Salud Pública Joseba Zabala, dentro de las II Jornadas de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo. Con el apoyo de fotografías obtenidas en diversos frontones de Euskal Herria, Zabala fue exponiendo numerosos datos recogidos por él mismo en diferentes canchas y fechas.

Un dato significativo es la gran diferencia entre Ipar y Hego Euskal Herria. Así, mientras en el Astelena de Eibar, el Beotibar de Tolosa, el Ogueta de Gasteiz, el Labrit de Iruñea o el Atano III de Donostia siguen siendo habituales las humaredas provocadas por el tabaco, en el frontón Maurice Ravel, de Donibane Lohizune, no se aprecia ningún rastro de humo. «Como se ve, el nivel de transparencia del aire es total, porque allí no fuma nadie», comentaba Joseba Zabala mientras mostraba fotografías de este frontón de 750 personas de aforo.

Otro dato elocuente es que muchos aficionados siguen fumando en los frontones de Hego Euskal Herria a pesar de que la prohibición de hacerlo está claramente señalizada. En el frontón Maurice Ravel apenas hay una pequeña pegatina de diez centímetros para recordar que allí no se puede fumar, y todo el mundo respeta esta norma social a pesar de que existe un bar en el mismo recinto. «Se dice que el alcohol llama al tabaco, pero en este caso se respeta que el frontón sea un espacio libre de humo», expuso este médico de Salud Pública.

En el caso del frontón Labrit, sí se ha constatado que «quien fuma lo hace con pudor, casi ocultando el cigarro», y que ya no se hace ostentación de puros como ocurría hace pocos años. Las campañas para que se respete la ley, junto a la colocación de numerosos carteles, en euskara y castellano, recordando que no se puede fumar, han hecho cambiar en estos últimos años la actitud de los fumadores que acuden al Labrit.

Un dato curioso es que en la citada final de parejas jugada en el Atano III se registraron 1,34 mg por metro cúbico de micropartículas del tabaco, mientras que en una semifinal disputada días antes en esa misma cancha se midieron 1,17 mg por metro cúbico. Es decir, se fuma más cuanto más importancia tiene el partido que se disputa.

En el estudio también se han incluido los pabellones Ilunbe, de Donostia, y Fernando Buesa, de Gasteiz, y se ha llegado a la conclusión de que «no se fuma nada». Las mediciones se hacen con un contador de micropartículas que recoge datos cada segundo, y en ambos pabellones los datos obtenidos fueron de 0,08 y 0,06, respectivamente.

También se han hecho mediciones de nicotina, y los resultados indican que los niveles que se alcanzan en algunos frontones después de tres horas de espectáculo duplican e incluso triplican a los medidos en algunas discotecas de Barcelona.

Del farias al cannabis

Hubo un tiempo en que la mayoría de los frontones eran abiertos y no había problemas con el humo del tabaco, pero cuando comenzaron a cerrarse, ni los extractores pudieron evitar las grandes humaredas causadas por los fumadores.

Hasta hace pocos años era habitual ver en los frontones al típico aficionado con el puro al morro, pero esto también ha cambiado. Joseba Zabala ha constatado que se ha producido «una transición del farias al cannabis, que también tiene tabaco», y que cada vez es más habitual ver en los frontones a fumadores de cigarros y de porros, sobre todo entre las generaciones jóvenes.

«No tenemos nada en contra de los consumidores de estos productos -aclaró-, pero los no usuarios también tienen derechos. La pregunta que hay que hacerse es si los frontones deben ser narcosalas o canchas deportivas». Y a la pregunta de si el humo afecta al rendimiento y a la salud de los pelotaris, Zabala respondió que todavía no se tienen datos al respecto, y anunció que ésa será la segunda parte del estudio. «De momento, lo que queremos es sensibilizar a los pelotazales, pero los pelotaris también tienen mucho que decir en este debate», agregó.

En la jornada de ayer sobre «prevención del tabaquismo» también se abordaron las políticas de control de tabaco, con intervención de diversos ponentes.

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Este es el nivel de partículas que se alcanzaron en la final de parejas del 29 de marzo en el Atano III. Cuando se llegó al 21-21, casi no se veía el marcador.

«Tenemos que reflexionar sobre cómo les afecta a los menores»

Uno de los aspectos que más preocupa a Joseba Zabala es la presencia de menores en frontones que, en muchas ocasiones, están saturados de humo. «La ley es clara. Dice que los espacios cerrados deben estar libres de humo. Pero es evidente que en los frontones se fuma y que se consumen drogas legales e ilegales. Por eso, debemos reflexionar cómo afecta esto a los menores. Las empresas deben plantearse este problema, y también los medios de comunicación que difunden los partidos», propone este médico.

En definitiva, plantea la conveniencia de abrir un debate entre todos los afectados para buscar una solución. I. V.

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