«La piedra de la paciencia», una denuncia contra las guerras y la desigualdad entre sexos
GARA | MADRID
La muerte de la poeta Nadia Anjuman a manos de su marido fue el detonante para que el escritor afgano residente en París Atiq Rahimi (Kabul, 1962) escribiera «La piedra de la paciencia», galardonada con el premio Goncourt y en la que denuncia la violencia, las guerras y la desigualdad entre sexos. Rahimi cree que cuando se traduzca y se publique este estremecedor libro en Afganistán le traerá «algún problema», como ya le pasa en París, donde algunos le acusan de «haber descrito a las mujeres afganas como unas putas y a los hombres como unos impotentes».
«El origen de la novela está en 2005 -explicó el escritor-, cuando fui invitado a un encuentro literario organizado por Nadia Anjuman, y una semana antes me enteré de que se suspendía porque había sido asesinada por su marido. Al principio, me dijeron que asuntos familiares de este tipo en Afganistán hay muchos; más tarde, quise ver a la familia, pero se negaron».
«Tiempo después -continuó-, publiqué una carta abierta y, cuando fui a ver al marido a la cárcel, descubrí que se había inyectado gasolina para suicidarse y estaba en coma. Así, lo que vi fue un hombre parecido al de la novela, totalmente paralizado. Y se me ocurrió que me hubiera gustado ser la mujer de ese hombre y quedarme cerca para escupirle todo lo que llevaba en el corazón». Y es que «La piedra de la paciencia» es un hombre tendido en un colchón en estado vegetal por una bala alojada en la nuca, y su mujer al lado rezando por él, al tiempo que le atiende y le habla mientras los disparos circulan a sus anchas por las calles y los carros de combate están preparados para entrar en su casa.
En cuanto a la situación social de su país, considera que hay mucha autocensura en las mujeres afganas, aunque precisó que desde que se fueron los talibanes la situación ha mejorado.