Un grupo armado hizo estallar ayer un oleoducto cerca de Kirkuk, en el norte de Irak, provocando la interrupción del bombeo de 15 pozos petrolíferos de la zona. La explosión se produjo sobre las tres de la madrugada, indicó a AFP un responsable de North Oil Company, la empresa petrolera pública, que, al día, produce entre 650.000 y 670.000 barriles.

«Nos hemos visto obligados a parar el bombeo en 15 pozos. Las reparaciones durarán entre tres y siete días», explicó un responsable de la compañía. Precisó que el atentado no tendrá ninguna consecuencia para las exportaciones de crudo a Turquía, pero que sí afectará la producción en los campos de Bai Hassan, uno de los más grandes de la región.

En junio del año pasado, otro atentado dañó el oleoducto que abastecía a Bagdad. El ataque paralizó la llegada de crudo a la refinería Al-Dora de Bagdad, principal fuente de suministro de combustible de la capital.

Irak tiene la tercera parte de reservas de petróleo del mundo.

Por otra parte, el estallido de una camioneta bomba mató a al menos 10 personas e hirió a 37 en un mercado de verduras al por mayor en el sur de Bagdad.