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Debates estériles y educación sexual

En el plazo del tres meses, la píldora postcoital, más conocida como la «píldora del día después», podrá adquirirse sin receta en las farmacias y sin necesidad de pasar previamente por el centro de salud. La decisión del Gobierno español ha suscitado una nueva marea de críticas, vertidas especialmente desde la jerarquía eclesiástica y los sectores sociales más reaccionarios, que no dudan en utilizar la decisión para relanzar el debate sobre el aborto. Y aunque apenas merece la pena detenerse en la viciada controversia sobre si la píldora en cuestión es un anticonceptivo o un abortivo, el asunto sí ofrece otras aristas interesantes que mueven a la reflexión.

El primer nivel del análisis lo centran las voces que advierten de que la píldora terminará por sustituir a los métodos anticonceptivos previos al coito, especialmente al condón, perjudicando seriamente los aspectos relacionados con la seguridad a la hora de practicar el sexo. Sólo hace falta levantar ligeramente la vista para encontrar experiencias que demuestran que esas voces son interesadas y sin base en la experiencia. En Ipar Euskal Herria, sin ir más lejos, las mujeres pueden adquirir la píldora postcoital de forma no sólo libre sino también gratuita (en Hego Euskal Herria costará 20 euros) desde el año 2000 sin que ello haya supuesto un descenso en el uso de los preservativos.

Pero hay un segundo nivel, más profundo y oculto tras los debates mediáticos: el rotundo fracaso de las campañas oficiales para fomentar el uso del condón ha disparado el número de embarazos no deseados hasta niveles alarmantes. Dicho de otra forma, las endebles políticas desarrolladas desde las administraciones, tan efectistas como superficiales, han demostrado que solamente la apuesta decidida por una educación sexual adecuada entre los jóvenes sería capaz de reconducir la preocupante tendencia actual. Pero esa apuesta sólo tendrá resultados a medio o largo plazo, unos plazos que nunca cuentan para los políticos. Mientras sea así, la píldora seguirá siendo un paso adelante, pero insuficiente.

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