Huelga general para el 21 de mayo
«Vamos a seguir peleando»
La mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU, reclama a Hego Euskal Herria que mantenga la presión y el esfuerzo para que la huelga general del próximo jueves no sólo sea un éxito, sino que abra un camino de lucha ante los empresarios y las administraciones para que acepten las demandas de reparto de riqueza y de empleo digno.
Encuesta | Preguntas
1• ¿Qué tres razones destaca y considera necesarias para secundar la huelga general del 21 de mayo?
2• ¿Por qué cree que CCOO y UGT no encuentran razones para sumarse a la huelga general, aunque algunos militantes de ambos sindicatos han confirmado que sí se sumarán?
3• La huelga es, como se ha repetido en varias ocasiones, «oxígeno» para los trabajadores, ¿qué va a cambiar a partir del 22 de mayo en Hego Euskal Herria ?
ELA
Adolfo MUÑOZ ,«Txiki»
1• Son varias. Contra la tremenda destrucción de empleo como consecuencia de una legislación pensada para favorecer a la patronal. Ésta obtiene la reducción de empleo que quiere en cada momento. Desde esa posición de privilegio, la patronal esta procediendo a desregular las condiciones de trabajo. Se está situando en el día después de la crisis.
Las condiciones de trabajo, los salarios no tienen nada que ver con la crisis. Y a pesar de ello, la patronal pretende chantajear a los trabajadores y trabajadoras.
Hay que frenar el chantaje y en esta coyuntura son más necesarias que nunca las políticas públicas de solidaridad, de fiscalidad y de aumento del gasto público.
2• Es incompatible dar cobertura a los gobiernos y patronales con hacer una huelga general. No pueden explicar las virtudes del llamado diálogo social, porque ha sido un fracaso.
A partir de ahí, su futuro sindical esta ligado a la políticas que deciden los gobiernos, que liberan grandes sumas de dinero para su financiación.
3• Habremos socializado unas problemáticas y habremos demostrado nuestra fuerza como colectivo. Esto no quiere decir otra cosa que tendremos agenda propia para exigir un modelo de sociedad más justo, así como la fuerza necesaria para frenar, empresa por empresa, sector por sector, el chantaje de la patronal.
Dependemos de nosotros. Hay que seguir peleando para obligar a los gobiernos a que se preocupen de los intereses sociales, de los intereses de la clase trabajadora.
LAB
Ainhoa ETXAIDE
1• Las resumiría en la propia realidad de los y las trabajadoras, la necesidad de dar nuevos pasos en la capacidad de respuesta social ante esa situación y la oportunidad de articular una ofensiva sindical que nos permita abordar la salida a esta crisis desde el protagonismo de los y las trabajadoras y situando la defensa de nuestros derechos como prioridad absoluta en las decisiones políticas y económicas que se tienen que adoptar de cara al futuro.
Cómo y en qué se sustentará la salida a esta crisis dependerá de quién tiene el poder de decidirlo. Las instituciones han situado ese poder en el capital, en la patronal, en los grandes capitales y el sistema financiero. Si no les disputamos el poder, si no hacemos que la clase trabajadora sea capaz de tomar sus propias decisiones y luche a favor de ellas, lo peor de la crisis para nosotros será la respuesta que ellos le den a su problema. Tenemos que salir a la huelga porque nos jugamos nuestra capacidad para condicionar las decisiones políticas que se tomarán ante esta crisis.
2• No es un problema de razones sino de posición sindical a la hora de abordar esta fase. CCOO y UGT saben que la huelga es más que razonable, saben que en Europa se suceden las huelgas, aun con menor paro, y las están convocando sindicatos con los que comparten posición en ámbitos internacionales.
La diferencia es que estos dos sindicatos han situado en el actual Gobierno su confianza y lealtad y por sus declaraciones, se reservan la posible respuesta sólo para el caso de que José Luis Rodríguez Zapatero ceda ante la pretensión de la patronal de que se abarate el despido. Las sucursales de estos dos sindicatos en Hego Euskal Herria siguen el guión fielmente.
3• Una huelga general es el mayor ejercicio de clase que podemos hacer para abordar esta fase económica de forma colectiva, desde el compromiso de los y las trabajadoras ante una realidad que, independientemente de las situaciones concretas e individuales, afecta a la gran mayoría social y con la convicción de que la mejor defensa de nuestros derechos es la que nosotros y nosotras seamos capaces de hacer.
Ser capaces de poder dar este paso demostrará que en Euskal Herria hay clase trabajadora para impulsar los cambios que necesitamos, dispuesta a confrontar con patronal e instituciones para defender nuestros derechos e intereses. Lo que nos jugamos en esta huelga es la decisión de si hay mayoría social trabajadora para abordar una ofensiva sindical y social a favor de otro modelo económico y social, o si no nos queda otra que aguantar el chaparrón y ver como quedamos después de la crisis económica.
La respuesta será que sí hay condiciones de articular y activar una acción real y eficaz ante esta crisis, ese es el análisis de los que están intentando boicotear esta huelga general y esa es la razón para entender tanta manipulación, intoxicación y presión ante una respuesta que está más que justificada y nadie ha rebatido con argumentos serios la opción que la mayoría sindical vasca ha adoptado.
ESK
Josu BALMASEDA
1• Para que la crisis no la paguemos los y las de siempre, como ya lo estamos haciendo, con el aumento del paro y el empeoramiento de las condiciones de vida, en general, y de trabajo, en particular.
Para ejercer la solidaridad con los y las trabajadoras que han sido y están siendo despedidas. La gran mayoría está sufriendo despidos individuales, quedándose en la calle sin poder responder.
Para denunciar la doble vara que aplican los poderes públicos y exigirles que gobiernen para la mayoría, para las y los trabajadores: echan la casa por la ventana para apoyar a la banca y no garantizan ni el empleo, ni la prestación de desempleo, ni el mantenimiento de la vivienda, ni una vida mínimamente digna a la gente más golpeada por la crisis
2• Es difícil que encuentren razones para un huelga general cuando hace ya muchos años estas dos organizaciones tomaron la senda de la no confrontación, confiando en el pacto sin fuerza que te coloque en posibilidad de ganar.
El único diálogo social que acepta la patronal es el que le permita abaratar el despido, recortar las prestaciones a la Seguridad Social y reducir sus impuestos.
¿Cómo pueden pensar nadie que el diálogo social puede dar algún resultado si no va acompañado de una movilización seria? ¿Cómo pueden pensar que la patronal y el Gobierno van a cambiar sus políticas si no logramos impulsar una movilización fuerte y sostenida contra las mismas?
3• De la fuerza que mostremos el próximo día 21 de mayo, y en adelante, dependerá que se practique una política en pro de los y las trabajadoras o en pro del capital.
Por eso queremos resaltar la importancia del día después. Esta huelga no es el final de un camino recorrido, sino de un camino por recorrer. Tenemos claro que esta huelga general debe servir para marcar una dirección: la de la acumulación de fuerzas, la creación de un movimiento de resistencia contra el capitalismo y a favor del reparto de la riqueza, contra las políticas presupuestarias, fiscales y legislativas aplicadas hasta ahora que han favorecido esta crisis económica y, desde luego, a favor de unas políticas sociales que nos protejan a los y a las trabajadoras.
STEE-EILAS
Arantza FERNÁNDEZ de GARAIALDE
1• La razón de la huelga está en la crisis. No luchamos contra una medida o una norma concreta, ya que no han necesitado modificar ninguna norma para echar a la calle a miles de trabajadores y trabajadoras. No han tenido que tomar nuevas medidas restrictivas para que una cantidad creciente de personas sin empleo no tengan prestaciones por desempleo, han hecho realidad muchas tragedias de un día para otro, en silencio, pues el mercado de trabajo estaba ya en unas condiciones deplorables. Aun así las patronales reivindican mayor flexibilidad en los contratos y recortes en las prestaciones; en estas condiciones el diálogo social es imposible. Es hora de responder, de decirles a los gobiernos y a las patronales que la medida de la crisis no la dan las variaciones de los beneficios de unos pocos, sino las condiciones de vida de la mayoría de la sociedad, y que hay que mejorarlas.
Luchamos por unas políticas públicas diferentes. En los últimos años los salarios han perdido peso en el PIB a pesar de que la situación económica haya sido buena y los beneficios del capital hayan crecido. El salario mínimo interprofesional es de 600 euros, muy por debajo del umbral de la pobreza. Hay que tomar medidas para proteger el empleo como mejorar la cobertura a las personas desempleadas, limitar la precariedad, prohibir los despidos en empresas con beneficios y posibilitar la reincorporación al puesto de trabajo en el caso de despido improcedente. En las situaciones de crisis debemos defender con especial intensidad los servicios público.
Es una huelga para mejorar el sistema educativo, contra la precariedad. El mundo de la enseñanza es muy amplio.
Es necesario fortalecer y ampliar el Sistema Educativo. Los sistemas públicos deben buscar la equidad. Siempre hemos reivindicado que el sistema educativo debe luchar contra las diferencias de origen social que presenta el alumnado, y que en dicha lucha será difícil obtener buenos resultados si seguimos sosteniendo económicamente sin límites una red privada que clasifica socialmente al alumnado o si no se supera un sistema de modelos lingüísticos que segrega al alumnado en lugar de convertir el euskera en un patrimonio de todos y todas e instrumento de cohesión.
Por solidaridad. La solidaridad con otras trabajadoras y trabajadores es un argumento de peso para ir a la huelga.
2• El 1 de mayo ambos sindicatos hablaron de la posibilidad de una huelga general, de manera que parece que razones sí van encontrando.
Como razones posibles para no haberse sumado a esta huelga aventuramos: el diálogo social en los parámetros actuales es imposible, la patronal ha estado años imponiendo su ley sin encontrar apenas oposición y contando con el respaldo de los gobiernos, ahora que hay crisis quieren seguir igual, por eso sus propuestas son más de lo mismo: más flexibilidad para despedir, menos protección social para los trabajadoras y trabajadores...
No queremos diálogo social en el que la parte más débil pierde para que la otra, la rica y la causante de las crisis, se siga enriqueciendo. Necesitamos acumular fuerzas para cambiar los términos del debate, para que el debate trate sobre qué reglas de juego cambiamos, no para defendernos agónicamente de más ataques. Algunas de las manifestaciones de CCOO y UGT, sin embargo, dan a entender que valoran el diálogo social como un objetivo en sí mismo, o que piensan que aún hay margen de maniobra.
La convocatoria incluye entre sus contenidos la democratización en la toma de decisiones económicas y sociales, para que no sigan prevaleciendo los intereses empresariales de unos pocos frente a los de la clase trabajadora reivindicamos que las políticas económicas, sociales y laborales se decidan en Euskal Herria y estén al servicio de los intereses de la clase trabajadora.
Hasta ahora CCOO y UGT se han mostrado reacios a este tipo de planteamiento, quizá condicionados por la posible merma de representatividad que el abandono del marco estatal les acarrearía.
Cabe señalar, de todas formas, que ninguna convocatoria es ajena a los problemas de relaciones sindicales que existen en cada momento, y que si repasamos la historia reciente de las huelgas generales el problema de la unidad ha estado presente en todas las convocatorias.
3• Un día de huelga es un acontecimiento de enorme trascendencia para hacer frente a los gobiernos y a las patronales y ha sido siempre un elemento de lucha imprescindible para la defensa de los derechos laborales en momentos duros.
El proceso de discusión previo, las movilizaciones de ese mismo día, las nuevas dinámicas que pueden surgir de ahí, todo ello sirve para extender la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras, se encuentren dentro o fuera del mercado laboral en este momento, para romper el aislamiento de quienes sufren condiciones de vida precarias, para visualizar la fuerza de la desobediencia, para hacer una crítica radical al sistema económico imperante.
HIRU
Patxi AGIRRE
1• Razones para la huelga general hay de sobra, pero, en concreto, en lo que al sector del transporte de mercancías por carretera se refiere, nosotros apuntamos dos fundamentales en clave de denuncia: la destrucción de empleo en el sector y la muerte dulce a la que se está empujando al transportista autónomo a base de presiones y chantajes, por una parte, y el modelo de transporte precario que se está impulsando desde las administraciones públicas, por otra parte.
La tercera razón para la huelga es en clave de apuesta a favor de un modelo de transporte propio diseñado con la participación de los y las transportistas y al servicio de los intereses de los y las ciudadanos de este país, y no de los intereses económicos de los especuladores, que nos han llevado a la crisis.
2• Si un sindicato de clase no encuentra razones para una huelga en la actual coyuntura económica y social será porque sus intereses pasan por dar cobertura a las políticas que están desarrollando los gobiernos para que seamos los y las trabajadores quienes paguemos sin decir ni mu las consecuencias de una crisis que no hemos provocado, y para que no exijamos que se cambie este modelo social y económico fracasado.
3• Desde HIRU tenemos la esperanza y la convicción de que esta huelga va a servir para cambiar muchas cosas. Por una parte, porque se va a demostrar que es posible el trabajo en común entre los y las trabajadoras de sindicatos, sectores y realidades totalmente diferentes, y además porque va a demostrar que la mayoría social y sindical de este país quiere un cambio radical en las políticas públicas, y que entre todos y todas somos capaces de construir una alternativa al actual modelo de explotación, precariedad, y marginación de los y las trabajadores.
EHNE
Eneritz OTAMENDI
1• Aprovechando la ocasión para destacar las razones que tenemos en el sector primario para secundar esta huelga de la clase trabajadora en su totalidad, destacaría la necesidad de hacer frente a la falta de estabilidad, imposible subsistencia y la desaparición de explotaciones (empleo) a la que nos han llevado las políticas impulsadas por las distintas administraciones. A su vez, hay que denunciar que las ayudas públicas han ido destinadas a la intensificación del sector y a la gran industria, que como toda industria se ha dedicado a ganar dinero a cuenta de pagar poco a los baserritarras. Otro de los males de este sistema, que también nos ha afectado, ha sido la deslocalización de nuestras producciones, que ha provocado el traslado de baserritarras a las fábricas o la jubilación y en otros países en condiciones precarias y producciones de dudosa calidad.
2• No me corresponde a mí responder a eso, pero da la impresión de que se encuentran cómodos en este sistema. Y, teniendo en cuenta todo lo que le está sucediendo a la clase trabajadora, me pregunto a quién están defendiendo ellos. De todos modos un considerable número de sindicalistas de estos dos sindicatos han apoyado la huelga del 21 de mayo, un mensaje claro para sus direcciones.
3• El jueves que viene la clase trabajadora saldrá a la calle para poner en entredicho el sistema económico actual, que es la razón por la que entre otros el sector primario se encuentra en constante crisis. Será la primera piedra de una ofensiva que tenemos que ir fortaleciendo día a día a partir del próximo 22. La clase trabajadora ha sido la que ha impulsado grandes cambios durante siglos y es la única que, mediante la lucha en la calle y la presión social, puede poner en entredicho un sistema que los grandes núcleos de poder tratarán de blindar, porque quieren seguir haciendo negocio sin escrúpulos. La clase trabajadora es la que tiene el poder para defender un reparto de la riqueza y las políticas sociales que necesitamos para un modelo social y económico más justo para todos.