Cerca de un centenar de trabajadores de Outokumpu formaron ayer una columna que salió a pie desde el ayuntamiento de Galdakao y concluyó frente al de Basauri, donde se concentraron «contra la destrucción de empleo». Ese fue el lema de una movilización que responde a la preocupación de una plantilla de unos 250 trabajadores ante un futuro incierto, a la vista de la intención manifestada por la dirección de la empresa, ahora propiedad de la sociedad LBH, de trasladar buena parte de la producción de la planta de Zaratamo a la fábrica de su propiedad en Bélgica.

En una mañana de mercado en Galdakao, marcada por un calor bochornoso, la protesta de los trabajadores de Outokumpu despertó la curiosidad de los vecinos. «¿De qué son esas bocinas?» preguntaba una mujer, que enseguida fue respondida por su acompañante, «No sé lo que pone, pero serán de alguna fábrica de por aquí».

No se equivocaba el transeúnte. Outokumpu, dedicada a la fabricación de tubería de cobre, está ubicada en Zaratamo, al pie de la vieja carretera que une Basauri y Galdakao, localidades en las que reside la mayor parte de la plantilla.

De la próspera Hermanos Pradera que comenzara su andadura en el siglo XIX a la actual Outokumpu, los trabajadores que han pasado por sus pabellones, entre los que aún sobreviven algunos de sus inicios, se han enfrentado a numerosas reducciones de plantillas. Sólo en los últimos 9 años, la misma fábrica ha visto dos EREs de extinción, en 2005 y 2006, que afectaron a 130 trabajadores, con el mismo argumento de fondo, una bajada de pedidos.

Ahora, los en torno a 250 trabajadores de la planta zaratamoztarra están pendientes de un expediente de regulación temporal de 180 días, pero lo que realmente les preocupa son los planes anunciados por la dirección de trasladar buena parte de la producción a una planta de Lieja.

Iker Mora, representante de ELA en el comité de empresa, explicó que «lo del expediente, al final, no es más que un mero trámite, lo que nos preocupa es lo que viene detrás». Denuncian que se ha abierto la puerta para el despido de unas 150 personas.

Según precisó el delegado de ELA, el grueso de la plantilla de Outokumpu lo componen trabajadores de en torno a los 35 años, muchos con hijos de corta edad, junto a un colectivo también importante, que con edades próximas a los 60 años, también están preocupados por sus jubilaciones.

«La gente está bastante asustada, sobre todo los que tienen menos antigüedad. Esos se ven en la calle», apuntó.

Uno de los objetivos de la movilización de ayer era hacer llegar a la opinión pública de la zona su situación; otro, hacer un llamamiento a la implicación de ayuntamientos y demás instituciones en la defensa del plan industrial que demandan, para que quede garantizada la permanencia de los puestos de trabajo en la planta de Zaratamo. De momento, ya han tocado la puerta de diferentes administraciones, pero hasta la fecha sólo han recibido el silencio por respuesta.

El portavoz del comité de empresa recordó que la dirección ya ha amenazado con recurrir a la ley concursal si no salía el expediente y apuntó que se trata de un caso claro de deslocalización. De hecho, los afectados se preguntan cómo se entiende que aquí se agarren a la falta de pedidos por la crisis para reducir empleos y en el mismo contexto de crisis mundial estén planteando fabricar en Bélgica pedidos que, según argumentan, aquí no tienen salida.