Lula da un tiempo a china para que estudie sustituir el dólar como divisa por sus respectivas monedas
El presidente brasileño, Lula da Silva, abandonó su segunda visita a China sin el sí de su homólogo, Hu Jintao, a la propuesta de sustituir el dólar por sus respectivas divisas en los intercambios comerciales entre ambas potencias. «Todo esto lleva tiempo», declaró.
GARA
La visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a China ha levantado la expectación de la comunidad internacional, ya que una de las cuestiones que ocupaba su agenda de contactos con los máximos responsables chinos es prescindir del dólar como moneda de intercambio en las prometedoras relaciones que mantienen ambas potencias. No obstante, la visita concluyó sin un acuerdo al respecto y Lula reconoció que convencer a China «llevará su tiempo».
«Propuse a Hu que hiciéramos una reunión entre nuestros bancos centrales para comerciar en nuestras monedas», señaló y recordó que abandonar el dólar en el comercio entre Brasil y Argentina llevó su tiempo, debido a que «las burocracias de cada banco no quieren cambiar».
China, tercera economía mundial, se ha convertido en el primer socio comercial de Brasil, desbancando a Estados Unidos. Las exportaciones brasileñas a China, principalmente mineral y soja, en lo que va de año crecieron un 65% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, China tiene un gran interés en la explotación de los recursos energéticos de Brasil.
Ésta es la segunda visita del presidente brasileño al gigante asiático, calificada por él mismo como «una de las más importantes» a lo largo de sus dos mandatos al frente del Ejecutivo. Según sus propias palabras, el objetivo del encuentro con su homólogo chino, Hu Jintao, al que acudió al frente de una delegación de 200 empresarios brasileños y varios ministros de su gabinete, es «defender un nuevo orden económico y una nueva política comercial en el mundo».
Buscan reducir su dependencia
Ambos mandatarios establecieron contacto en la cumbre del G20 en Londres y coincidieron en la necesidad de consolidar el diálogo político y estratégico entre ambos gigantes comerciales en aras de dar más peso a los países emergentes y reducir su dependencia de la economía estadounidense.
La asociación estratégica entre China y Brasil arrancó en 1993 y su desarrollo, especialmente en los últimos tiempos, ha llevado a declarar a Lula que podría «conducir a un nuevo paisaje mundial a nivel económico, científico y comercial en el siglo XXI». De hecho, el primer paso en ese camino a un nuevo escenario ha sido la propuesta de que las transacciones entre ambos países se realicen en real y en yuan, al margen del dólar.
«Es absurdo que dos importantes naciones comerciales como las nuestras sigan llevando intercambios en la moneda de un tercer país», manifestó el presidente brasileño en una entrevista con objeto de su visita a China.
Lula ha insistido en declaraciones a los medios en que uno de los pilares de la diplomacia brasileña es reforzar las alianzas diplomáticas y económicas con otros grandes países en desarrollo, especialmente en el contexto actual de crisis mundial.
Aunque no hubo acuerdo firme en torno al cambio de divisa, Lula abandonó China con millones de dólares en inversiones y acuerdos petroleros. Entre los acuerdos suscritos destaca un crédito de 10.000 millones de dólares para su petrolera estatal Petrobras, otro de 800 millones para el Banco Nacional para el Desarrollo Social y Económico (BNDES) y otros 100 millones para el Itáu BBA, todos procedentes del Banco de Desarrollo de China (CDB).
Entre la relación de asuntos que quedan pendientes de cara a una segunda visita a China se encuentra la venta de carne bovina y porcina con destino al país asiático, si bien se avanzó en el intercambio de carne de ave.
Tampoco se avanzó en las ventas de aviones brasileños Embraer, de los que Hainan Airlines redujo su pedido en 2006 de 50 a 25 unidades ERJ-145 hace dos semanas, mientras que no se ha podido avanzar más allá de las cinco unidades de E-190 vendidas el año pasado a Kun Peng Airlines.