Dos mujeres mueren aplastadas en la valla fronteriza de Ceuta
La valla fronteriza que separa a Ceuta -considerada como territorio de la Unión Europea- de Marruecos se convirtió en el escenario de la muerte de dos mujeres, que perecieron aplastadas por una avalancha. En este punto se reúnen habitualmente miles de ciudadanos marroquíes que cargan pesados fardos de productos desde Ceuta. Cinco euros al día es el sueldo por esta pesada labor.
GARA |
Dos mujeres marroquíes, de 32 y 53 años, perdieron ayer la vida aplastadas cuando esperaban para salir de Ceuta. Según informó la Delegación del Gobierno español en la ciudad africana, las muertes se registraron durante una aglomeración que se produjo cuando los porteadores marroquíes regresaban a sus casas con mercancías compradas en Ceuta para venderlas en Marruecos.
Las dos mujeres se encontraban en unas escaleras de gran pendiente, situadas entre los polígonos de Alborán y La Chimenea, ambos en Tarajal, cuando fueron arrastradas por la multitud. Otras ocho porteadoras resultaron heridas.
«Han fallecido por unos míseros euros», se lamentó Mustafá M., otro porteador, en declaraciones a la agencia Efe. Cargar con pesados fardos de Ceuta a Marruecos se paga a cinco euros al día.
«Cuantos más viajes y más cargados vayamos más dinero nos dan», añadió Mustafá.
Los hechos se produjeron en el puente de Biutz, un paso situado junto a la frontera de Tarajal que fue habilitado hace dos años por la Delegación del Gobierno español para regular el paso de mercancías entre Ceuta y Marruecos.
Los comerciantes del polígono industrial de Tarajal, donde se concentra el 90% de las ventas al por mayor con Marruecos, habían exigido el cierre de este paso debido a las múltiples aglomeraciones que se producen regularmente.
«Sabíamos que algún día podía pasar una desgracia, puesto que las aglomeraciones son diarias», señaló uno de estos comerciantes, que prefirió permanecer en el anonimato, a la agencia Efe.
«Era algo que se temía y hoy ha pasado», señaló uno de los agentes de la Policía Local que se encargaba de dirigir el tráfico cerca del puesto fronterizo.
El último incidente ocurrió la semana pasada cuando dos marroquíes resultaron heridos como consecuencia de los golpes en una aglomeración de más de 3.000 personas.
El 17 de noviembre de 2008, en otra aglomeración similar, falleció otra porteadora marroquí en el puesto de Barrio Chino en la ciudad rifeña de Melilla. La muerte ocurrió en la zona denominada «jaula» por estar rodeada de alambradas y barrotes.
La Policía española calcula en más de 20.000 las personas que cruzan a diario por el puente de Biutz.
Críticas a Madrid y Rabat
El líder de la oposición en la Asamblea de Ceuta, Mohamed Alí, de la Unión Democrática Ceutí (UDCE)-IU, señaló ayer a los gobiernos del Estado español y Marruecos como «responsables indirectos» de la muerte de las dos porteadoras «por su desidia y su pasotismo con un paso que se mantiene abierto desde hace cuatro años en condiciones infrahumanas».
Alí denunció que Rabat y Madrid «llevan años mirando hacia otro lado para no hacer frente al verdadero problema, que es la inexistencia de una aduana comercial que permita regularizar el tráfico de mercancías entre la ciudad autónoma y Marruecos».
«Estos trágicos sucesos son la prueba, que nunca debería haberse producido, de que es imperiosamente necesario que los gobiernos de los dos países se pongan de acuerdo para ordenar y regular el tráfico de mercancías que bajo el seudónimo de `comercio atípico' existe cada día, con permisividad de ambas partes, a través de Biutz», explicó Alí, que criticó a los dos ejecutivos por «mantener en unas condiciones tercermundistas» dicho espacio.
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), pidió medidas en la frontera de esta ciudad y en la de Ceuta «para evitar más sucesos de esta índole».
La marginación de la comunidad musulmana en Grecia es una verdadera «bomba de relojería», advirtieron ayer los responsables de esta comunidad después de los violentos incidentes de la semana pasada en protesta por la actitud de un agente de policía que profanó el Corán.
Más de un millar de musulmanes se manifestaron en Atenas el jueves y el viernes para denunciar la ofensa al Corán por parte de un agente que identificaba a un inmigrante iraquí.
En el transcurso de las marchas se registraron violentos enfrentamientos con la Policía. El balance es de diez heridos, coches incendiados, tiendas atacadas y 46 detenidos.
«Es una bomba de relojería», afirmó a France Presse Naim el-Gadur, presidente de la Unión de Musulmanes de Grecia. «No explotará inmediatamente, pero se convertirá en un gran problema en los próximos diez años», añadió El-Gadur.
Musulmanes originarios de los países árabes, África y el subcontinente indio viven y trabajan en condiciones habitualmente miserables.
Reprochan al Estado que no les proporcione lugares de culto en Atenas, donde viven varios cientos de miles de musulmanes.
En Grecia, país en el que la Iglesia ortodoxa es extremadamente influyente y que padeció cuatro siglos de dominación otomana, las únicas mezquitas se encuentran cerca de la frontera turca, donde vive una minoría musulmana de origen turco.
Las trabas burocráticas y la oposición de los líderes eclesiásticos y de los alcaldes impiden construir mezquitas en otras zonas.
La Cámara de Comercio de Ceuta comunicó a la Delegación del Gobierno español que hoy no habrá actividad comercial en el puente de Biutz en señal de duelo por las dos mujeres que fallecieron en la avalancha de ayer.
