El Consejo de Administración de la Real Sociedad prevé una partida de alrededor de ocho millones de euros en el presupuesto para la próxima temporada dentro del plan de viabilidad que ha sido presentado a las instituciones y a los trabajadores.

Esa cifra supera al presupuesto total de la mayoría de los clubes con los que va a competir, salvo milagro, la próxima temporada en Segunda y no será el económico un impedimento para formar una plantilla que aspire a lograr el ascenso. Jokin Aperribay manifestó la pasada semana que con ese dinero se puede confeccionar una plantilla competitiva y tras el partido de Salamanca que intentará mantener a la mayoría de los jugadores básicos. Con ocho millones hay capacidad para ello.

El buen final del equipo no va a valer para subir porque al Xerez le basta un punto, al Tenerife tres y al Zaragoza cuatro en los cuatro partidos que quedan para ser inalcanzables para la Real a pesar de que lleva 31 puntos en los 17 partidos de la segunda vuelta, cinco más que en toda la primera. En el ecuador de la competición llevaba 32, estaba a un punto del ascenso y a dos del segundo puesto, pero los seis primeros se han salido en la segunda vuelta -Xerez, Tenerife y Zaragoza llevan 38 puntos, Rayo y Hércules 34- y eso va a motivar que el ascenso esté más caro que nunca y que con 75 no vaya a bastar. En toda la segunda vuelta de la pasada temporada, con la locura de fichajes invernales inasumibles, la Real sólo sacó 34 puntos.

Un buen final para el futuro

Una cifra que este domingo puede igualar la Real. Esta trayectoria en una temporada complicada con unos arbitrajes muy perjudiciales, cantidad de lesiones y problemas institucionales es un buen aval para mantener a casi todos los mejores jugadores y sustituir a los que tienen buenos relevos en la cantera y a los que no han rendido bien por jóvenes del filial de gran proyección y un par de buenos refuerzos para Segunda.

Uno de los primeros objetivos será Sebastián Abreu, que esta semana tiene previsto reunirse con el Consejo para tratar su posible renovación. El principal problema puede estar en que el delantero ha ligado su futuro al del técnico y esta decisión no se va a tomar hasta que el equipo no tenga opciones matemáticas de ascenso. Y las posibilidades de Lillo de seguir pasan por ganar el próximo partido y reeditar el buen juego de Salamanca, lo que mantendría opciones al menos una semana más. La forma de Abreu y sus compañeros de intentar que Lillo siga no es con esas declaraciones, sino con partidos como el de Salamanca. Si la Real acaba con 75 puntos y con esa buena imagen y un clamor popular a su favor será mucho más fácil su continuidad.

El uruguayo quería zanjar su opción de seguir en la Real esta semana antes de irse con Uruguay y, como no desligue su futuro del de Juanma Lillo, habrá que fichar a otro delantero para acompañar a Imanol Agirretxe.

Pero no será el económico un elemento tan determinante porque sólo se recortará en un 15% el dinero destinado al primer equipo a pesar de que la reducción del presupuesto rondaría un 30%. El problema estará en que la Real no podrá fichar a jugadores con ofertas de Primera.

Eso es lo que quiere la afición, que la mayor parte de su dinero se destine al primer equipo para subir, pero el Consejo no está haciendo las cosas bien en su dinámica de recortar los gastos con los trabajadores, sobre todo con algunos que han tenido que sufrir mucho por el bien de la Real. Y se debería intentar que sean los mínimos los trabajadores que se queden en el paro -aunque eso pueda estar unido a una rebaja del salario de los que se queden-, y que ellos puedan asumir servicios que en estos momentos realizan empresas externas con altos costes.

Pero los recortes van a llegar a todos los puntos del presupuesto y aún así la reducción no parece suficiente. La clave estará en conseguir que la mayor parte de los gastos de la cantera, de los convenios con los clubes convenidos y de las instalaciones de Zubieta, cifrados en unos cuatro millones de euros, sean asumidos por una especie de Fundación en la que participarían Diputación y Kutxa. Con ello se conseguiría reducir la deuda con estas instituciones y al mismo tiempo que unas instalaciones que tienen un mantenimiento inasumible para la Real estén al servicio no sólo de un club, sino de todo el fútbol guipuzcoano. Ésa sería la solución.