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«La `Muerte dulce' es la manera más poética de ganar al mus»

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Félix G. Modroño

Autor de la novela «Muerte dulce»

Félix G. Modroño nació en Bizkaia, donde transcurrió su infancia y adolescencia. Se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca, donde cursó estudios, y desde 1991 trabaja y vive en Sevilla. Tras publicar un libro como fotógrafo, publicó su primera novela, «La sangre de los crucificados», presentando en sociedad a Fernando de Zuñiga, «detective del Siglo de Oro».

A. BILBAO | BILBO

Félix G. Modroño creó a Fernando de Zuñiga, médico salmantino de origen vasco -su madre, era del Valle de Aiala- en «La sangre de los crucificados», novela con la que debutó y en la que cuenta la «Leyenda del cachorro» de Sevilla, ambientándola en el siglo XVII.

Tras su aventura sevillana, en «Muerte dulce» (Algaida, 2009) el autor traslada la aventura a los evocadores paisajes de su infancia, en tierras de Bizkaia -de Balmaseda a Gaztelugatxe-, donde el culto y resuelto galeno deberá descubrir el misterio que esconde la muerte de su amigo Pedro Urtiaga, y el significado que tiene en ella un nuevo y complejo juego que enardece a quien lo juega: el mus.

En las confidencias del autor, en el epílogo del libro, habla de «mi Bizkaia maitea: es tan bonita que sorprende». ¿Es este libro un homenaje a los paisajes de su infancia?.

Escribo de sitios que para mí han significado algo especial. Si mi primer libro era mi recorrido posterior a mi adolescencia, en un viaje de ida y vuelta, en este para enmarcar la acción vuelvo a mi Bizkaia. Para escribir con sentimiento hay que saber de qué se escribe -tampoco concibo poder escribir sobre sentimientos que no se conocen-, y para conocer un lugar no basta con visitarlo, hay que vivirlo. Y esta novela tenía que estar localizada en Bizkaia, porque me lo debía a mí mismo.

Además fotografió los emplazamientos, otra de sus grandes aficiones.

Sí, he hecho una labor de recopilación de imágenes para escribir la novela. Tenía un fondo antiguo de fotografías, y otras, como las del monte Kolitza, las he hecho ahora porque nunca había subido anteriormente. Además para enmarcar las localizaciones busco lugares donde todavía podamos ir y ser capaces de adivinar lo que fueron, como los cascos medievales de Bilbo o Portugalete.

Paisajes para un enredo con leyendas ancestrales, crimenes y venganzas...

Trato de que mis descripciones de los paisajes y de los lugares sean escuetas y precisas, sin extenderme. Lo que me interesa es que haya agilidad e intriga, tanto criminal como sentimental, no se si pudiendo ser hasta cinematográfico, para que los lectores sigan la trama con interés.

Trama enmarcada en un contexto histórico, el siglo XVII, que le habrá exigido documentarse bien.

Yo soy novelista y la labor de documentación es fundamental, no solo para buscar el dato preciso, sino para la ambientación. Es la labor más farragosa, pero soy muy riguroso conmigo mismo. Busco, por ejemplo, hasta qué grado eran supersticiosas aquellas gentes, nombrando leyendas y creencias como las de Mari, el Eiztari-Beltza...

Hasta el euskera tiene su presencia en la novela.

Parece que el euskera fuera de aquí... -tuerce el gesto-. Desarrollándose en Bizkaia sería impensable no hacerle guiños al euskera, como ambientación lingüística. Y es algo bonito, para familiarizar al lector, de manera sencilla y natural, de lo poquito que aparece en euskera.

«Compendio de todos los anteriores, el mus es el juego más genuino y grande»

Urtiaga, envenenado de muerte, clama a Fernando de Zuñiga venganza, y este viaja a Balmaseda, para iniciar trepidantes aventuras donde el mus, juego del que explica su origen y formación, cobra sorprendente importancia.

El libro es en sí una partida de mus.

Como muslari adoro el mus, el más grande de todos los juegos. Por ello lo utilizo como hilo conductor y cuento su desarrollo, que está documentado. Nace en ese momento -su primera referencia aparece en el «Diccionario Trilingüe Castellano, Bascuence, Latín» de Manuel Larramendi, en 1745- como un compendio de todos los juegos anteriores (reinado, báciga, cuatrinca...) para terminar siendo el más grande y genuino de todos.

Incluso en el título, «Muerte dulce».

Es toda una declaración de intenciones. Además de la importancia del vino -y de los palos de la baraja-, que envenena a Urtiaga, la «muerte dulce» es como pierdes casi sin darte cuenta, o la manera más poética de ganar al mus. Es una metáfora de la vida.

¿La gestación del juego es también real?

Me he permitido novelar sus orígenes que, evidentemente por la cantidad de vocablos que tiene, es vasco. No sé si fue exactamente así: en la taberna Del Muslari Tuerto en Bilbo y creado por Antzara, pero si no ocurrió así sería en una taberna de Tutera u otro lugar similar. Los orígenes tuvieron que ser parecidos.

Sorprende también la descripción de los comercios de Bilbo y de su espíritu.

Curiosamente en el siglo XVII también hubo una crisis tremenda y Bilbo fue una de las ciudades a la que menos afectó, por el carácter luchador y emprendedor de los comerciantes, de su idiosincrasia.A. B.

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