Martxelo DÍAZ

En los mensajes que los estrategas de PSOE y PP han hecho llegar a los medios no se habla de Bolonia, de la directiva Bolkenstein o del intento de aplicar la jornada laboral de 65 horas semanales. El tema estrella es si José Luis Rodríguez Zapatero va a los mítines en un avión militar o si tiene que hacerlo en tren. La cuestión ha alcanzado tal relevancia que la vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer, tras el Consejo de Ministros, que el Gobierno regulará el uso de este tipo de transporte.

Al igual que en el resto de los estados europeos, la política doméstica se ha adueñado de la campaña electoral europea en el Estado español. El PP intenta vencer al PSOE en unas elecciones con una estrategia de desgaste del Gobierno de Zapatero, pero más allá de críticas por la gestión de la crisis económica, todo se ha quedado en fuegos de artificio.

La presencia en los medios de comunicación ha estado dominada por los líderes de los dos partidos, Zapatero y Mariano Rajoy, que han sido quienes han protagonizado los mítines, dejando en un discretísimo segundo plano a los candidatos respectivos, los ex ministros Juan Fernando López Aguilar y Jaime Mayor Oreja.

De acuerdo en el 69,7%

Quizá el problema sea que PSOE y PP no pueden debatir sobre cuestiones europeas porque están de acuerdo en lo fundamental. Según revela la página insurgente.org, citando a VoteWatch, una organización destinada a fiscalizar el trabajo en el Parlamento Europeo, los eurodiputados de PSOE y PP coincidieron en el 67,9% de las votaciones que se produjeron en la Eurocámara.

Así, en los últimos cinco años, de un total de 6.149 votaciones, PSOE y PP han coincidido en 4.286. La distribución de la Eurocámara y el hecho de que cualquier directiva o recomendación deba ser aprobada por mayoría absoluta, obliga a que los dos grandes grupos, el Popular y el Socialista, se tengan que poner acuerdo casi permanentemente para sacar cualquier propuesta adelante.

Prueba de la apatía de estas elecciones en el Estado español, es que el único debate televisados entre los dos candidatos tuvo una audiencia del 13,9%, muy lejos de la que alcanzan estos programas cuando se trata de unas elecciones al Parlamento español. Series como «CSI», «Live» (Telecinco), «Física o Química (Antena 3) o «Escenas de matrimonio» (también en Telecinco) superaron holgadamente la audiencia del diálogo entre López Aguilar y Mayor Oreja.

El hecho de que ambos partidos estén prácticamente empatados tampoco ha servido para que la campaña tenga un mínimo aliciente. Según una encuesta del PSOE difundida ayer, ambos partidos empatarían a 23 escaños.

Bipartidismo forzado

De cumplirse este pronóstico, una vez más, se confirmaría el bipartidismo forzado por la circunscripción única estatal. De los 54 eurodiputados que han representado al Estado español, sólo seis no pertenecían a PP o PSOE: dos liberales -Ignasi Guardans (CiU) y Josu Ortuondo (PNV)-, tres del grupo Verdes-ALE -David Hammerstein (Verdes, pero que concurrió en las listas del PSOE), Raül Romeva (ICV) y Mikel Irujo (EA, aunque inicialmente ocupó el cargo Bernat Joan, de ERC)- y uno del grupo Izquierda Unitaria Europea -Willy Meyer (IU)-.

De confirmarse la encuesta del PSOE, en estas elecciones sólo quedarían cuatro escaños para los demás grupos, puesto que al Estado español ahora sólo le corresponden 50.

La coalición entre CiU y PNV -en esta ocasión sin el apoyo de BNG-; IU-ICV; la unión de ERC, Aralar, BNG, Verdes, EA y CHA; Iniciativa Internacionalista y UPyD son las únicas candidaturas que tienen opciones de acudir a Estrasburgo.