El movimiento insurgente somalí Al-Shabab anunció ayer la imposición de un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer en Kismayo después de que una de sus bases en esta ciudad en el sur del país fuera atacada.

Al menos dos civiles resultaron heridos cuando una granada de mano fue arrojada anoche hacia la base, según los residentes, en lo que supone el último incidente violento en este país del Cuerno de Africa que ha sufrido 18 años seguidos de guerra civil. «Impusimos el toque de queda sobre Kismayo para reforzar la seguridad», señaló un responsable de Al-Shabab.

Al-Shabab se enfrenta al Gobierno somalí desde principios de 2007. El conflicto ha causado la muerte a cerca de 18.000 civiles y más de un millón de desplazados.