Danilo Di Luca no pudo rematar el gran trabajo de su equipo, el LPR, en la espectacular subida al Vesubio que puso punto y final a la alta montaña en el Giro del centenario. Denis Menchov, que tiene la victoria final cada vez más cerca, se pegó como una lapa a la rueda trasera del italiano y neutralizó con extraordinaria rapidez todos y cada uno de los ataques de su principal rival. Carlos Sastre, por su parte, se hizo con otro brillante triunfo de etapa tras atacar a pie de puerto y dejar atrás a Ivan Basso, al que logró adelantar en la clasificación general de la prueba.

Aunque todavía faltan dos etapas, la de hoy con un repecho final bastante duro en Anagni y la contrarreloj de mañana en el centro de Roma con 15 kilómetros bastante técnicos, Di Luca sabía que el Vesubio era su última oportunidad para desbancar a Denis Menchov del liderato. El LPR imprimió un ritmo infernal a la carrera desde los primeros kilómetros y, de esa manera, logró llegar a las primeras rampas del volcán napolitano con la carrera totalmente controlada -la fuga de Facci y Krivtsov no pasó de una mera anécdota-.

Gabriele Bosisio fue el encargado de preparar el terreno a Di Luca y hacer trizas el pelotón nada más comenzar la subida, pero el Liquigas, con dos hombres entre los cuatro primeros, también quiso ser protagonista. El joven Valerio Agnolli se adelantó para hacer de puente a Ivan Basso, que no tardó mucho en saltar del grupo. Su alianza con Stefano Garzelli fue el primer tándem de favoritos que pudo hacer camino, pero fue la dupla Basso-Sastre la que finalmente sentenció la etapa.

Mientras por delante el corredor español dejaba claras sus dotes de escalador, soltando de rueda al que fuera su jefe de filas en 2006 y cabalgando sin oposición hacia su novena victoria como profesional -de muchísimos kilates todas ellas-, por detrás el trío formado por Denis Menchov, Danilo Di Luca y Franco Pellizotti, que subirán al podio de Roma salvo sorpresa monumental, libraron su penúltima batalla.

Lo intentó Liquigas de nuevo parando a Ivan Basso delante para catapultar el enésimo ataque de Pellizotti, que pudo sacar nueve segunditos de ventaja en la meta más la bonificación. Di Luca, que también lo intentó hasta el último metro, no fue capaz de sacar tiempo a Menchov y se tuvo que conformar con los 8 segundos de bonificación por ser tercero en la etapa.

Revelación y recuperación

La última etapa de alta montaña también sirvió para confirmar la gran actuación, cada uno en su contexto, de otros dos nombres propios. Por un lado, se puede decir que Serge Pauwels (Cervelo) se ha convertido en ese corredor revelación que suele deparar toda carrera de tres semanas que se precie. El joven ciclista flamenco de 24 años proviene del Rabobank continental y, aunque recibió algunas críticas en la etapa que terminó en Faenza, ayer demostró que será un hombre a tener muy en cuenta en las etapas de montaña durante los próximos años.

Por otro lado, no cabe más que quitarse el sombrero ante la actuación de Lance Armstrong. El siete veces campeón del Tour llegó a la salida del Giro sin poder entrenar durante más de un mes y, si bien en las primeras etapas acusó su inactividad en la competición, durante la última semana ha demostrado que está al nivel de corredores que han luchado por el podio.