Berlín estudia la oferta de Magna que abre la esperanza de salvar Opel
La canadiense Magna ha logrado un preacuerdo con General Motors para invertir en Opel, su filial alemana, lo que impulsa las esperanzas de un acuerdo entre los gobiernos alemán y estadounidense que salve al fabricante de automóviles. Berlín aceptó estudiar esta propuesta, presionada por el grupo estadounidense, sus socios en la Unión Europea y el abandono de otros potenciales inversores.
GARA |
El fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna recuperó su posición de favorito en la pugna por Opel, tras alcanzar un acuerdo con General Motors en una jornada de idas y venidas en la Cancillería alemana, presionada desde diversos flancos. A última hora de la tarde, Berlín aceptó estudiar la propuesta de Magna, que a media mañana de ayer había amenazado con seguir los pasos de Fiat y abandonar las reuniones. La canadiense convenció primero a la matriz estadounidense y después, ya con su visto bueno, envió su plan a la Cancillería.
La nueva propuesta llegó con casi dos horas y media de retraso respecto al horario previsto para la nueva reunión, y mientras el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, advertía de que el acuerdo no estaba garantizado.
Las presiones sobre Berlín vienen de varios flancos: el enfado de los interlocutores de GM, los recelos de otros estados de la UE por el unilateralismo alemán a la hora de salvar las plantas alemanas y el cansancio de los potenciales inversores potenciales, como Fiat, que empezaron a abandonar el barco.
El consejero delegado del grupo automovilístico italiano, Sergio Marcchione, aseguró que su prioridad es cerrar un acuerdo de integración con Chrysler, y añadió que «la vida seguirá adelante» sin Opel.
Oferta de Magna
Magna, con una plantilla de 70.000 empleados en 25 países, cuenta con la ayuda para su operación en Opel del consorcio ruso GAZ, que produce desde turismos y camiones hasta vehículos blindados. La oferta inicial que hizo Magna a Opel prevé una inversión propia y del banco ruso Sberbank de 700 millones de euros, de los que una parte estaría garantizada por el Gobierno alemán.
Recorte de empleo
Por lo que se conoce de sus planes, Magna -al igual que Fiat- se plantea recortar unos 10.000 puestos de trabajo de los 52.000 que tiene Opel en Alemania, Suecia, Gran Bretaña, Bélgica, Polonia y Estado español-, de los cuales 25.000 corresponden a las plantas germanas.
La decisión última sobre Opel corresponde a General Motors y el Gobierno de EEUU, pero el papel de Berlín es fundamental, en tanto que principal avalista de los créditos que precisará la filial europea.
Para GM, Opel es sólo un capítulo en la marea de problemas y monto de deudas del conjunto del consorcio. Opina que está abocada a la insolvencia y al propósito de Berlín de rescatar a su filial antes de que ello ocurra respondió, el miércoles, anunciando la separación total de Opel, como exigía Alemania.
Pero a la buena noticia añadió seguidamente un jarro de agua fría al exigir otros 300 millones de euros. Berlín dejó claro que esos millones adicionales debían salir del propio inversor.
Oficialmente, el Estado alemán ha puesto 1.500 millones de euros como tope a los avales que está dispuesto a conceder hasta que la nueva empresa pueda valerse por sí misma.
Tras la reunión del miércoles se habían precipitado los rumores de una insolvencia «ordenada», como la denomina Guttenberg, cuestión que la canciller alemana, Angela Merkel, no quiso excluir si no hay una solución satisfactoria. Por su parte, General Motors tiene hasta mañana para reestructurar al menos el 90% de los 27.200 millones de dólares de deuda no asegurada, pero los principales acreedores del fabricante han rechazado las propuestas de canaje por acciones de la empresa y el Departamento del Tesoro de EEUU, por lo que se prevé que la declaración oficial de quiebra pueda llegar el lunes.
Magna logró primero el acuerdo con General Motors, con una inversión prevista de 700 millones de euros, pero los expertos del Gobierno alemán, avalista de la filial Opel, deben decidir si la oferta es suficiente para que pueda ser asumida políticamente.
Los trabajadores de GM ratificaron el acuerdo alcanzado entre la dirección de la compañía y el sindicato United Auto Workers para modificar el convenio colectivo con el fin de eliminar las diferencias de sueldos respecto a sus competidores.
La Unión Europea logró ayer que el Gobierno alemán se comprometa a seguir liderando la negociación con General Motors y las autoridades estadounidenses para salvar a Opel con el claro objetivo de lograr una «solución europea» para la compañía. Representantes de 18 estados miembros acudieron a la reunión urgente convocada por la Comisión Europea para analizar las distintas opciones para salvar a Opel de la quiebra. La cita fue organizada a petición de varios países descontentos por la escasa información facilitada por el Gobierno alemán sobre la marcha de las negociaciones e incluso el miedo a que Alemania diera prioridad a sus cuatro plantas de Opel en detrimento de las factorías en otros países. A su salida, sin embargo, se mostraron más satisfechos. Para mejorar los canales de comunicación se decidió crear un grupo de trabajo. La Comisión opinó que quedó claro que no deben adoptarse medidas estatales sin antes coordinarse con el resto de países implicados y el propio ejecutivo comunitario. Además, todos los participantes acordaron que los apoyos financieros de uno o más estados miembros deben estar basados en criterios objetivos y económicos y no geográficos.
