GIRO Última etapa
Un susto de última hora no pudo evitar la victoria de Menchov
El ruso cayó en el último kilómetro, muy deslizante por la lluvia, pero acabó ampliando su renta respecto a Danilo Di Luca y Franco Pelizotti, que completaron el podio en Roma. El triunfo en la última etapa fue para el lituano Ignatas Konovalovas.
Amaia U. LASAGABASTER | BILBO
La lluvia no quiso perderse el final del Giro del centenario y a punto estuvo de conseguir lo que no habían logrado Di Luca y compañía. Cuando le restaba menos de un kilómetro para finiquitar el peliagudo recorrido por las calles de Roma, Denis Menchov se fue al suelo y, por un instante, los veinte segundos que le separaban del italiano en la general, parecieron seriamente amenazados.
La rápida respuesta de los auxiliares de Rabobank, que cambiaban la bicicleta en un suspiro, y la nada habitual rabia del ruso evitaron finalmente lo que habría sido una campanada mayúscula. Así que el guión se respetó -no tanto en lo que respecta al triunfo de etapa, conquistada por un lituano prácticamente desconocido, Ignatas Konovalovas- y Denis Menchov acabó convirtiéndose en el tercer corredor ruso que se adjudica el Giro, tras las victorias de Eugeni Berzin (1994) y Pavel Tonkov (1996).
El líder de Rabobank se mostraba exultante en el podio. Por el susto de última hora y, sobre todo, porque la magglia rosa de Roma supone el mayor hito en su palmarés. Un curriculo, quizá, más reducido de lo que se esperaba cuando, hace doce años, Eusebio Unzue y compañía se traían al ruso a Nafarroa.
Con Banesto primero y con Iles Balears después, Menchov conquistó sus primeras victorias: el Tour del Porvenir (2001), una etapa en la Dauphiné (2002), el maillot blanco del Tour (2003) o la Vuelta al País Vasco (2004). En 2005 dejaba el equipo con el que había dado el paso al campo profesional para fichar por Rabobank, con el que conseguía su primera grande, aunque la Vuelta a España de 2005 acabara recayendo en sus espaldas tras el positivo de Roberto Heras.
Como líder del equipo holandés, las miras de Menchov iban más allá y pasaban por el Tour. Pero en la prueba francesa no ha pasado todavía de aspirante al podio: fue quinto en 2006, cuando se adjudicó una etapa; abandonó un año después, muy afectado por el escándalo de Rasmussen -se sacó la espina en septiembre, con su victoria en la Vuelta a España- y concluyó cuarto el año pasado, aunque la posterior descalificación de Bernard Kohl le permita aparecer en el podio en los libros.
Volverá a intentarlo el próximo mes de julio. Con el aval de su indiscutible triunfo en este Giro, cimentado en los Dolomitas y, sobre todo, en la contrarreloj de Riomaggiore, aunque también en su capacidad para aguantar los ataques de sus perseguidores, con mención especial a Danilo Di Luca, a partir de entonces.
Nombres propios
El del italiano es, sin duda, otro de los nombres propios del Giro. Con dos victorias y la magglia ciclamino a sus espaldas, ha empleado cada gramo de fuerza en intentar limar su desventaja, aunque rara vez ha conseguido despegar a Menchov. El tercer peldaño lo ocupa Franco Pelizzotti, otro guerrero incombustible que, por primera vez, consigue pisar el podio.
Aunque se haya quedado fuera de éste, Carlos Sastre se marcha como uno de los grandes triunfadores del Giro del centenario. Llegó, como acostumbra, sin levantar demasiado revuelo y se marcha con las dos mejores etapas en el bolsillo, la de Monte Petrano y la del Vesubio.
Sin triunfo que celebrar -aunque se lleva la general de la montaña-, pero con mucha presencia, Stefano Garzelli ha sido otro de los corredores que llegaron a Roma con los deberes hechos. También, en menor medida, Marzio Bruseghin o Michael Rogers, siempre regulares, siempre entre los primeros, aunque rara vez más allá del top ten.
Y, aunque posiblemente no hayan cumplido con las exageradas expectativas creadas a su alrededor, también Ivan Basso y Lance Armstrong regresan a casa con la cabeza alta. Dos y tres años, respectivamente, llevaban alejados de la carretera, pese a lo que el italiano concluye el Giro en quinta posición y detalles que invitan a pensar en su definitivo reingreso en la elite, y el norteamericano en la 12ª.
Al margen de la pelea por la general, los otros dos grandes protagonistas han sido Mark Cavendish, con tres victorias -seis se ha llevado en total Columbia- y Alessandro Petacchi, con dos triunfos en su retorno.
Bastante más desafortunada ha sido, lamentablemente, la participación de los corredores vascos. Sólo Iker Camaño consiguió llegar a Roma, tras las caídas de David López, Iban Mayoz y, sobre todo, Pedro Horrillo, víctima de un terrible accidente aunque, por fortuna, su recuperación sigue por buen camino.
Angel Zomegnan confirmó ayer que el Giro partirá en 2010 de Amsterdam, con una contrarreloj individual. Las dos primeras etapas también se desarrollarán en Holanda, que acogerá el arranque de las tres grandes en menos de un año: la Vuelta 2009, el Tour 2010 y el Giro 2010.
Pleno alemán en la última etapa del Tour de Baviera. El triunfo parcial fue para Andre Greipel (Columbia), al imponerse al sprint por delante de Heinrich Haussler (Cervelo) y Koldo Fernández de Larrea (Euskaltel). Linnus Gerdemann (Milram) se adjudicó la general final.
Rabobank también se adjudicó la Vuelta a Bélgica, con el triunfo del holandés Lars Boom en la general final. El vencedor de la última etapa fue Sebastien Rosseler (Quick Step). Maxime Bouet (Ag2R), por su parte, fue el más rápido en la Clásica Boucles de l'Aulne.