El PNV se ha situado en la incómoda posición del examinado al que sus tutores interrogan y ponen nota. Ahora le ha tocado el turno a «El Mundo», que ayer examinaba a Iñigo Urkullu y le daba un aprobado raspado.

Con motivo de la celebración de Ibilaldia, la Ertzaintza que ahora dirige Rodolfo Ares cargó en el recinto festivo para retirar pancartas en defensa de los prisioneros políticos vascos y a Urkullu, al parecer, le ha parecido estupendo. Por eso se felicitaba el tutor de «El Mundo»: «El PNV respaldó ayer la actuación de la Ertzaintza en Galdakao. Su presidente obvió el cambio de gobierno para mostrar su apoyo a la intervención de la policía, basada en una política muy distinta a la seguida por el departamento de Interior bajo el mandato de Balza». O sea, que al dolor de los pecados le sigue el acto de contrición. Pues estupendo.

Pero no se crean que todo son parabienes para el alumno. Todavía debe aplicarse más: «Bienvenido sea tan brusco viraje, aunque cabría preguntarse por qué es posible estar de acuerdo ahora con directrices que estando en el gobierno se ha evitado adoptar de forma reiterada». Lo del «brusco viraje» tendría que explicarlo el propio Urkullu, ¿no les parece?

También está presente en el suelto editorial de Pedro J. Ramírez la teoría de la contaminación que ahora sirve para un roto y para un descosido: «Urkullu opuso al derecho a la libertad de expresión el cumplimiento de la legalidad y el respeto tanto a las víctimas de ETA como a otros colectivos, en alusión a las ikastolas, que podrían ver `contaminados' sus actos por propaganda ajena a sus fines».

Y para concluir, el maestro le da un cachetito y anima al alumno a que siga perseverando para así algún día poder obtener mejor nota: «Nunca es tarde para mudar de criterio y sumarse al objetivo asumido por el PSE de deslegitimación social de la violencia, pero tanto tiempo mirando para otro lado en fiestas y korrikas, impide otorgar a sus palabras la credibilidad necesaria, que el PNV, si porfía en esa línea, tendrá que ir ganándose poco a poco». ¡Vaya panorama!