Los uigures de Guantánamo denuncian el olvido al que les castiga el mundo
Los uigures detenidos en Guantánamo, pese a que no existe ningún cargo contra ellos, aprovecharon una visita de periodistas a la base naval de EEUU en territorio cubano para denunciar su situación mediante mensajes escritos en un cuaderno de dibujo.GARA |
Obligados al silencio, los uigures detenidos en Guantánamo denunciaron su situación a un grupo de periodistas mostrando mensajes escritos en las páginas de un cuaderno.
Escondidos detrás de un edificio prefabricado, conversando con sus abogados, según los militares estadounidenses, varios de ellos echaron un vistazo, con curiosidad a la llegada de los periodistas, al otro lado de la valla que los mantiene en un espacio cerrado y restringido.
Dos de los 17 miembros de esta comunidad musulmana y turcófona se adelantaron portando un gran cuaderno de dibujo en la mano. Comenzaron a pasar páginas del cuaderno dando paso a una rueda de prensa improvisada.
Escritos con grandes caracteres en color, mostraron frases como «Necesitamos libertad», «¿Dónde está la Justicia?» o, incluso, «¿Cuál es la diferencia entre democracia y comunismo?», en referencia a China, que conculca los derechos de los uigures en la provincia de Xinjiang.
«Somos los uigures oprimidos en prisión», «Estuvimos oprimidos en China, ahora lo estamos en EEUU por segunda vez», añadían las páginas del gran cuaderno, que eran pasadas en completo silencio tanto a un lado como al otro de la valla.
EEUU se niega a mandarlos
Detenidos a finales de 2001 en Afganistán, donde habían encontrado refugio en los campamentos tras huir de China, los uigures siempre han supuesto una excepción en Guantánamo.
«Rehabilitados» muy pronto, no han podido abandonar la prisión especial debido a la ausencia de un tercer país que aceptase acogerlos. Washington se niega a mandarlos a China. Llegados hace siete años, esperan desde entonces, a orillas del mar Caribe -que no pueden ver- en la base naval estadounidense de Guantánamo, que Estados Unidos tiene en territorio cubano desde hace casi un siglo.
Instalados en el campamento Iguana, que acoge a otros presos declarados inocentes por la Justicia, entre los que se encuentran un argelino detenido en Bosnia-Herzegovina y un joven con las nacionalidades saudí y chadiana, gozan de una relativísima libertad, siempre detrás de las vallas coronadas de alambre de espino.
«Es la casa de los uigures», explica el comandante del campamento a los periodistas antes abrir las puertas. «Tienen tres comidas al día y si necesitan cualquier cosa, la piden», añade el militar, destacando que se trata de los prisiones más «conciliadores» de todos los que están en Guantánamo.
Un ciudadano yemení de 31 años que llevaba más de siete años en Guantánamo fue hallado muerto el lunes. Se trata de la quinta muerte desde que el centro de detención abriera sus puertas en 2002.