El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo ayer que la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) no puede finalizar «sin reparar la infamia» cometida con la expulsión de Cuba en 1962.

«No podemos irnos de esta asamblea sin derogar el decreto de la octava reunión [de 1962], que sancionaba a un pueblo entero por haber proclamado ideas y principios socialistas, que hoy se practican en todas partes del mundo, incluyendo EEUU», dijo Zelaya al inaugurar la asamblea del organismo continental.

Aprovechó la ocasión para sumarse al reclamo de varias naciones que exigen a EEUU levantar el embargo. «Es un bloqueo injusto e inútil. En Cuba hay un pueblo dispuesto a resistir, a sacrificarse por su soberanía», resaltó.