Qué vida más triste» empezó siendo una serie que se emitía por Internet y que ahora mismo la podemos encontrar en las tardes de La Sexta. Es un formato utilitario en el sentido de que se puede realizar con una cámara y una casa, no hacen falta grandes decorados, ni iluminaciones ni vestuario: todo lo que cuentan es imaginativo, dicho con un tono cercano y su gracia se encierra en cómo se acercan a los asuntos tratados, el tipo de humor con el que activan las situaciones, las resoluciones con algunos de los chistes escenificados que nos proponen. Demuestran que los medios de producción no deben ser excusa para hacer algo que guste.

Se dice que todo sucede en Basauri, y los personajes protagonistas responden a la tipología vasca más tópica, especialmente en cuanto a su relación con las mujeres. En alguna fase tiene concomitancias con «Vaya semanita», pero se escapa del emparentamiento gracias a la rapidez de las entregas, al juego del guión que aquí parece bastante más elaborado, al menos en lo referente al desarrollo de las situaciones y las reacciones de los personajes o, porque tienen otros recursos para establecer una visión de ese núcleo de amigos y parientes que no se reduce a una arbitrariedad socio-política, sino que se expande hacia unas cuestiones más individualizadas.

El reparto también ayuda a la comparación, el padre de uno de los jóvenes protagonistas es Santi Ugalde, que curiosamente en la misma cadena a continuación de esta serie aparece como astronauta en «La tira», es decir el pluriempleo y su ascendencia como actor cómico de reparto parece haberlo encumbrado profesionalmente. Decía que las apariciones de actores vascos muy conocidos nos lleva a encontrarle conexiones con otras entregas del humor chato que proliferan en las ETB. Pero, insistimos, siendo muy simple, empleando un lenguaje muy cotidiano, tiene algo especial estas historias de corta duración temporal y que retratan a unos tipos reconocibles pese a colocarles la lupa de aumento de sus absurdidades, lo que hace que a veces sí entren ganas de sentir conmiseración por estos tipos que llevan una vida bastante triste.