Cerca de un millar de personas abarrotaron la plaza. No sorprende si se tiene en cuenta la ilusión que ha generado la candidatura entre la izquierda independentista catalana y parte de la izquierda anticapitalista. La muestra son las paredes de muchas calles catalanas repletas de carteles de la candidatura.

Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos cerró campaña en los Països Catalans con Rafa Díez, ex secretario general de LAB, como invitado. En la emoción que se respiraba en la plaza se plasmaban las ganas de hacer oír en Europa las reivindicaciones independentistas, de decirles a los «políticos profesionales» que la crisis la paguen quienes la han creado, y también dar una «colleja histórica» al Estado español, en palabras de Laia Hernández, quien subió al escenario en representación de las decenas de grupos locales que apoyan la lista.

Díez agradeció la oportunidad brindada de «romper la mordaza impuesta a una parte importante de la sociedad vasca».

Una mezcla de enfado e ilusión se produjo cuando en una gran pantalla se proyectaron imágenes de Franco y el Rey, de Zapatero o del actual tripartito catalán, y toda la plaza silbó a una. Aparecieron las recientes cargas de los Mossos d'Esquadra, y la plaza volvió a silbar. Pero proyectaron también imágenes de la quema de retratos del rey, o las concurridas manifestaciones de la izquierda independentista y el auditorio rompió a aplaudir. «L'Estaca'', de Lluís Llach, puso la piel de gallina a más de uno. Y luego salieron al escenario las banderas de todas las naciones sin Estado de Europa, Cuba, Venezuela, Kurdistán... Sonaba la música de Obrint Pas, cuyo cantante también ha pedido el voto para II-SP, igual que decenas de músicos, poetas y escritores catalanes.

Díez se mostró seguro de que «en Euskal Herria y los Països Catalans vamos a tener motivos suficientes para felicitarnos porque vamos a poner una piedra importante por una Europa de los pueblos».

El primer catalán de la candidatura, Josep Garganté, que ocupa el número tres de la lista, es un conductor de autobuses de Barcelona que impulsó la exitosa huelga de hace un año para conseguir dos días de descanso semanal. Su victoria se ha convertido en un símbolo. Y conectó muy bien con quienes le escuchaban: «Son las victorias las que llevan la esperanza, por esto es tan importante salir a ganar. Conseguir representación este domingo sería una pequeña pero importante victoria». Son muchos los que se fijan en los 22.446 de Euskal Herritarrok en los Països Catalans en 1999, y hasta algunos miran de reojo los míticos 53.410 votos de Herri Batasuna de 1987.