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ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO

Gordon Brown insiste en que es «la persona idónea» para liderar el país

Sin prisa, pero sin pausa. La revuelta en el grupo parlamentario y el Ejecutivo laborista contra el líder y primer ministro, Gordon Brown, continuaba ayer, en su mayor momento de debilidad ante unos pésimos resultados electorales en las locales y la esperada debacle laborista en las europeas. A pesar de la insistencia de Brown en que continuará liderando partido y Gobierno, la ola de dimisiones amenaza su permanencia al frente del Ejecutivo.

Soledad GALIANA | DUBLÍN

El primer ministro británico, Gordon Brown, vive en una pesadilla. Como si no fuera poco el esperado descalabro del laborismo en las elecciones locales -donde el recuento sitúa a los laboristas en tercera posición en el espectro político local inglés- y europeas, en la última semana el líder laborista se enfrenta a diario a noticias de nuevas renuncias en su Gabinete como expresión de revuelta o de resignación ante las pobres espectativas del partido. No obstante, ayer rechazó los llamamientos de dimisión e insistió en que es «la persona idónea» para, con «el equipo adecuado», servir al país y ayudarlo a superar la crisis económica y política.

En la noche del jueves, el premier británico se fue a la cama con la noticia de que dos diarios británicos publicaban una carta del ministro de Trabajo y Pensiones, James Purnell, en la que éste informaba a la opinión pública y al propio Brown -al que llamó con antelación a su difusión- de que creía que era hora para que el primer ministro «se echara a un lado para darle al laborismo la oportunidad de ganar las próximas elecciones».

La declaración pública de Purnell desautorizando a Brown como jefe del Partido Laborista el mismo día en el que se sabía su formación política obtendría los peores resultados electorales de los últimos años, buscaba dañar las posibilidades del líder laborista de seguir dirigiendo los destinos de su partido y de su país en el futuro. Ésta ha sido puñalada de Purnell al «césar» Brown, al haber sido una decisión madurada en secreto para provocar el mayor daño posible. La incógnita es si Purnell se lanzará ahora a la carrera por el liderazgo del Laborismo.

Durante la mañana, y para minimizar el impacto de los resultados locales ingleses, Brown se preparaba para presentar sus planes de remodelación de Gobierno, pero antes tuvo que afrontar un nuevo contratiempo: la renuncia del ministro de Defensa, John Hutton, que anunció no se presentará a las próximas elecciones.

Ante la debacle electoral y la crisis gubernamental, Brown reiteró su intención de permanecer en su cargo. El líder laborista rechazó las acusaciones de arrogancia o conformismo y afirmó que «si no pensara que soy la persona adecuada para liderar este equipo, no estaría aquí», para, a continuación, reconocer el duro golpe asestado a por los malos resultados electorales de su partido. «Las elecciones han sido una derrota dolorosa para el laborismo. Dema- siada gente ha perdido sin tener culpa de nada», sostuvo.

La rueda de prensa de Brown tuvo lugar después de que la ministra de Vivienda, Margaret Beckett, y su homólogo de Transportes, Geoff Hoon, dimitieran como parte de la remodelación del Ejecutivo, a quienes imitó la ministra de Europa, Caroline Flint, que acusó a Brown de utilizar a las mujeres en el Gabinete como mero «escaparate». Sus renuncias se suman a las de las Jacqui Smith (Interior) y Hazel Blears (Comunidades).

Los principales cambios en el Ejecutivo sitúan al ministro de Comercio, Peter Mandelson, al frente de Inovación y Ciencia con el cargo de primer secretario de Estado. Además, Andy Burnham será el nuevo ministro de Sanidad; el que fuera secretario de Estado para el norte de Irlanda, Peter Hain, vuelve al Gobierno. Liam Byrne secretario de Estado del Tesoro; y John Denham ocupará el Ministerio de Comunidades. El nuevo ministro de Defensa será Bob Ainsworth.

Batacazo laborista en las locales

Los medios de comunicación han coincidido en utilizar el calificativo «humillante» para referirse a los resultados obtenidos por el Partido Laborista en las elecciones locales inglesas. Se han cumplido los peores augurios, ya que los laboristas han perdido las cuatro municipalidades que les quedaban en Inglaterra. Los resultados de 32 de las 34 municipalidades existentes evidencian la pérdida de 268 concejales para el partido que lidera el primer ministro, Gordon Brown, mientras que los conservadores han ganado 230. El día no fue tan malo para los liberales, que aunque pierden cuatro concejales se consolidan como la segunda fuerza en el ámbito local con un 462 representantes.

De acuerdo con la projección de voto realizada por la cadena pública británica BBC, si el electorado reaccionara igual ante unas elecciones generales, los conservadores obtendrían el 38% de los sufragios; los liberales, un 28%, y los laboristas, un 23% - su mínimo histórico-. Lo único que le salva a Brown por ahora es que el respaldo a los laboristas no ha caído por debajo del 20%.

S.G.

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