Las aguas del río Sadar bajan revueltas. No era fácil adivinar que esto sucedería tras conseguir la permanencia porque, la verdad sea dicha, no es muy habitual que en el seno osasunista se den episodios de este calibre -quedan lejos los mandatos de «Garros» e «Irigarays»-, lo que demuestra bien a las claras que la olla a presión ha estallado una vez conseguido el objetivo.

Un medio de comunicación al que se le permite influir sobremanera en el herrialde -el fútbol no iba a ser menos- y una palpable división de hinchada, plantilla y junta directiva respecto a la renovación de Camacho han sido el cóctel idóneo para que Osasuna diera una imagen durante estos pasados días en las antípodas de lo que su filosofía como club dice defender.

Y lo malo es que esto no tiene pinta de que sea algo pasajero, pese a que la nota común de los jugadores a última hora del jueves tratara de cerrar la herida abierta. La realidad, tozuda, está ahí y es que los futbolistas de la actual plantilla no confían en el fondo y la forma de la manera de trabajar del tándem Camacho-Carcelén.

Porque, independientemente de que ahora el de Cieza haga una profunda limpia y de que sean muchas las voces que critiquen a la plantilla por su actuación, lo cierto es que el ex seleccionador español no ha encaja- do bien en Tajonar, donde la calidad y cantidad de su trabajo es más que discutible para quienes suelen verlo a diario.

Como todo apunta a que se van a vivir más episodios de este culebrón, tampoco sería descartable que el míster ratificado por el presidente Pachi Izco adoptara la decisión de no seguir. Por cosas parecidas ha dado portazos, como por ejemplo en el club de sus amores.

En cualquier caso, e independientemente de lo que ocurra a corto o medio plazo, lo que está claro es que mal se afronta una nueva temporada en la que era obligado virar el rumbo. Sin duda, este lamentable capítulo acabará pasando factura a una entidad que sobrevive gracias a su estabilidad.

Ricardo, renovado

Entre tanta agitación, el club anunció ayer de manera oficial la renovación de Ricardo por una temporada más, con opción a una segunda, en función de los partidos que dispute el cancerbero madrileño.