Análisis | Elecciones al Parlamento Europeo
La abstención y el resultado de II-SP marcarán la cita electoral
El PP colocará tres vascos y el PSOE, dos. Izaskun Bilbao, del PNV, tiene seguro el escaño en su coalición. Aralar estará unos meses en Estrasburgo y EA se queda fuera. La única duda es Alfonso Sastre.En Nafarroa habrá que ver qué atractivo ofrece el PP para el votante de UPN después de su sonoro divorcio. Pero, como en el resto, también servirá para medir fuerzas en el nacionalismo institucional
Iñaki IRIONDO
Las elecciones europeas son las que menos interés despiertan y también las que ofrecen datos menos interesantes puesto que el sistema electoral y la circunscripción única dejan poco espacio a sorpresas en el ámbito vasco. Sin embargo, siempre hay en qué fijarse porque no todo es elegir europarlamentarios.
A la hora de analizar los datos que hoy terminen ofreciendo las urnas, lo primero, evidentemente, es el reparto de escaños. Y en esta ecuación la única variable sin despejar es si Alfonso Sastre saldrá o no elegido. No hay más. El resto de puestos está repartido.
La circunscripción única impuesta en el Estado español beneficia sobremanera a los grandes partidos españoles, pues son los que tienen una implantación más o menos homogénea en el conjunto del censo llamado a votar. Por el contrario, las formaciones que tienen como ámbito natural una nación o una comunidad autonómica se ven obligadas a formar coaliciones de partidos con un asentamiento desigual en sus respectivos territorios.
De esta forma, en función de sus propias correlaciones internas de fuerzas o reparto de favores, PSOE y PP son los dos partidos que pueden colocar más eurodiputados vascos, pues sus votantes se reparten más o menos por igual en Eibar que en Aranda del Duero, en Basauri que en Alcantarilla. Sólo por su puesto en la lista por el PP tienen asegurado su escaño Jaime Mayor Oreja -cabeza de lista-, el navarro Pablo Zalba y el vizcaino Carlos Iturgaiz. Por el PSOE saldrán elegidos Ramón Jáuregui y Eider Gardiazabal.
La candidata del PNV, Izaskun Bilbao, ocupa el segundo puesto en Coalición por Europa y muy mal le tendrían que ir las cosas para no llegar a Estrasburgo. Si debiera contar sólo con los votos jeltzales, es probable que no lo lograra (en 2005 Ortuondo se hubiera quedado fuera), pero la lista suma a formaciones como Coalición Canaria, Partido Andalucista, Bloque Nacionalista Valenciano y Unió Mallorquina y los eurodiputados se comprometen a defender sus posiciones en Europa. En cualquier caso, el gran avalista es CiU, que por eso ocupa el primer lugar. Por cierto, quizá el PNV debiera explicar cómo se lleva lo de ir en una candidatura cuyo partido más fuerte es partidario de seguir poniendo en peligro la vida de vascos y castellanos con la central nuclear de Garoña.
Durante la campaña, la candidata jeltzale se ha presentado como «la única voz» que representará directamente a los vascos en el Europarlamento. En los primeros días la afirmación se establecía por contraste con los parlamentarios de PSOE y PP, cuyas votaciones se dirigen desde Madrid. Pero en la recta final, Izaskun Bilbao Barandika ha pasado también a presentarse abiertamente como la única representante del «nacionalismo institucional» y pedir el voto al electorado de Aralar y EA.
El PNV parte de la base objetiva de que en la coalición Europa de los Pueblos, el candidato de Aralar, que ocupa el tercer puesto, no tiene más posibilidad que la de que en virtud de los acuerdos internos ERC y BNG le permitan acceder al escaño en los últimos meses de legislatura. En cuanto a Sabin Intxaurraga, de EA, que va en quinto lugar, jamás pisará el Parlamento de Estrasburgo salvo que vaya como invitado.
Ante esta situación, el PNV llama a los votantes de Aralar y EA a agrupar fuerzas en torno a Izaskun Bilbao, para evitar «que ningún voto abertzale se pierda». Esto hace que otro de los puntos de interés de la noche sea el de ver cómo evoluciona esa correlación de fuerzas entre la candidatura del PNV y la que agrupa a Aralar-EA.
La distribución de escaños entre PSOE, PP, PNV y Aralar-EA es por tanto segura e inamovible salvo cataclismos. Queda únicamente la variable de Alfonso Sastre. Habrá que ver cómo responde el electorado de la izquierda abertzale -castigado últimamente con el apartheid- al estímulo de poder votar a una candidatura legal, aunque no sea la suya propia. En las bases independentistas se ha observado en las últimas semanas una renovada ilusión, que llevado a que los actos de Iniciativa Internacionalista-Solidaridad de los Pueblos se hayan convertido casi diariamente en los más concurridos de la campaña electoral. En contra juega el desinterés general por las elecciones europeas, que se traducirá en una elevada abstención. Y el electorado de la izquierda abertzale, aunque tenga elementos singulares, no es indiferente a los estados comunes de opinión. Se ha comprobado que, aunque con algunas diferencias, también obedece a los patrones comunes de participación en función del interés que haya suscitado la campaña y la moviliza- ción que consiguientemente provoque.
En cualquier caso, el voto de la izquierda abertzale no estará orientado únicamente a la consecución del europarlamentario -lo que sería un éxito enorme- sino que tendrá por objetivo mostrar también la correlación de fuerzas existente en Euskal Herria. Los dirigentes independentistas vienen reclamando el voto como trampolín para poner en marcha una nueva estrategia política eficaz a partir del próximo otoño. Arnaldo Otegi ha insistido, una y otra vez, en que los resultados de estas elecciones deben ser también leídos en esa clave.
Por lo demás, los números de II-SP han de valer para medir la fuerza electoral del independentismo catalán situado a la izquierda de ERC cuando encuentra una sigla que lo agrupe; y la salud en los diversos pueblos del Estado español de la izquierda comprometida, la que no se deja llevar ni por las modas ni por los cantos de sirena de los partidos acomodados en el sistema. En contra tiene la marginación sufrida en los medios de comunicación tradicionales. Internet y la propaganda directa en la calle se han convertido en el gran medio de socialización de II-SP.
Estas elecciones requieren por otra parte una mirada específica para Nafarroa, donde se produce el elemento inédito de que UPN no participe en los comicios. En las últimas convocatorias, en virtud de los acuerdos con el PP, UPN se garantizaba la presencia de un candidato en las posiciones de salida de esta lista. En estas primeras elecciones tras el divorcio será interesante cuantificar el atractivo que Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja tienen para el electorado de UPN. Este partido decidió no hacer campaña pero -como hace la Iglesia Católica cuando le conviene- ha dado una serie de recomendaciones que suponen una invitación a votar al PP, salvo que se opte por alguna otra candidatura ultraderechista minoritaria de las varias que también concurren a estos comicios.
Además, los comicios serán un termómetro para comprobar -aunque sea de manera parcial- cuál es la correlación de fuerzas dentro de Nafarroa Bai. En este sentido, resulta llamativo que las dos formaciones que dentro de la coalición muestran siempre una mayor afinidad -Aralar y PNV- concurran ahora por separado, mientras que van unidos los dos partidos -Aralar y EA- que mayores disputas mantienen por pilotar la nave de NaBai.
Otro punto de atención obligado son los resultados de Euskal Herriaren Alde en Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Behera. La lista encabezada por Ixabel Etxeberria, concejal abertzale de Urruña, no aspira a la obtención de escaño, pero sí trata de dejar constancia de su implantación en las urnas. Los partidos abertzales vuelven a concurrir divididos a estos comicios. El PNB va por libre, con Jean Telletxea a la cabeza. AB y EA han optado, como hicieron en 2005, por apoyar la candidatura Europe Écologie, que en la circunscripción estará encabezada por el militante altermundista José Bové. Ménane Otxandabaratz, de AB, figura en esta lista que también respaldan el Partit Occitan y ERC del Estado francés.
A las 9.00 se abrirán los colegios y se cerrarán a las 20.00 Tras las inevitables encuestas, los primeros resultados comenzarán a ofrecerse a las 22.00, justo cuando cierren las urnas en Italia.