Pedro Honrubia Hurtado 2009/6/5
Groenlandia, ¡qué frío!
Rebelión
Groenlandia, ¡qué frío! Esa isla gigante que conocemos por los mapas del bachillerato y que con sólo nombrarla nos produce a todos un escalofrío. (...)
Será por eso que la prensa española se ha quedado helada ante la celebración de las últimas elecciones autonómicas en la isla. Ni El País, ni El Mundo, ni Público, ni el ABC, ni La Razón, ni El Periódico ni La Vanguardia, ninguno de ellos parece tener mucho interés en la situación política de aquellas tierras heladas, ¡qué frío! Ninguno de ellos se ha dignado a escribir una sola línea para contarnos, aunque fuese de pasada, lo ocurrido con las elecciones del pasado martes. Ni si quiera el hecho de que Otegui se haya referido a ellas en un acto público parece haberles movilizado a curiosear un poco, ¡qué frío! Y casi mejor, porque conociendo los precedentes, seguramente de hacerlo, lo habrían hecho para pedir su ilegalización por ser parte del entorno de ETA, al menos aquel partido al que públicamente había felicitado Otegui por su victoria. ¡Qué frío!
Porque esa es la cosa, que en aquel lejano territorio no solo ha habido unas elecciones sino que hasta se ha proclamado a un ganador de las mismas: La IA. Pero no se asusten que no es la Izquierda Abertzale, sino Inuit Ataqatigiit, el partido, eso sí, de la izquierda independentista de la tierra, ¡que frío! (...) Lo que pase en adelante está por ver, pero con estos datos sobre la mesa a nadie le podrá extrañar que a no mucho tardar tengamos un nuevo Estado independiente en el mundo, ¡que frío! Un nuevo Estado que para más inri se podría separar democráticamente, gracias a la voluntad soberana de su pueblo, de un país actualmente miembro de la UE. ¡Qué frío!
Vale, yo tampoco tenía ni puta idea de que se habían celebrado unas elecciones en Groenlandia hasta que leí en algún sitio que Otegui había felicitado públicamente a la izquierda independentista de aquel territorio por su victoria, aunque sí sabía del reconocimiento del derecho a la autodeterminación del que gozaban desde el pasado año. Pero bueno, uno no puede saberlo todo y estar al tanto de cada elección que se celebre en el mundo. Se supone que para eso tenemos a la prensa, para informarnos ¿no? Claro, que yo los entiendo, con tanto frío se han quedado helados, tenían enviados especiales para cubrir los comicios, pero a los pobres se les han quedado las manos que ni las de una estatua. Imposible enviar sus crónicas y noticias de los acontecimientos, ¡qué frío! (...)